Agro

¿Cuánto pierde la economía argentina por la sequía?

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os pronósticos de cosecha se deterioran día a día, a medida que no aparecen las lluvias, lo que significa un derrame negativo para toda la economía argentina, que tiene en el agro a su principal motor.

En ese contexto, las Bolsas de Cereales de Buenos Aires y de Comercio de Rosario, y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (FCE-UBA) difundieron sendos informes en los que presentan sus propios cálculos y que se resumen a continuación.

Bolsa de Buenos Aires

La gerencia de estudios económicos de la entidad porteña calcula que el producto bruto generado por las cuatro principales cadenas agrícolas (soja, maíz, trigo y girasol) se ubicará en 3.436 millones de dólares, un 11 por ciento por debajo del valor que podría haber alcanzado si la sequía no hubiera ocurrido.

Esto significa aproximadamente 0,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó para Argentina en 2018.

“El impacto hubiese sido superior de no observarse el incremento de los precios de exportación. Sin ese aumento, la caída en el Producto Bruto Agrícola podría haber llegado a un 18,7 por ciento”, agregó la Bolsa de Buenos Aires.

Para la producción primaria, la caída se estima en 1.000 millones de dólares. En tanto, las actividades ganaderas sufrirán el impacto de los mayores costos producto de la suba del maíz y la harina de soja: 609 millones de dólares el sector avícola, 428 millones la ganadería bovina y los tambos, y 135 millones de dólares los porcinos. A esto se adiciona el incalculable valor perdido por la menor disponibilidad de pasturas y silajes.

Por el lado de las exportaciones netas, las pérdidas alcanzarían los 3.309 millones de dólares, acotadas por el menor ajuste en los niveles de molienda y el aumento en los precios internacionales. La recaudación fiscal, por su parte, se vería disminuida en 1.174 millones de dólares respecto del escenario base, cifra explicada en un 59 por ciento, por la caída en lo recaudado vía derechos de exportación, un 30 por ciento por impuesto a las ganancias, y un 11 por ciento por otros impuestos.

Informe completo de la Bolsa de Buenos Aires

Bolsa de Rosario

La entidad rosarina, por su parte, estimó que las pérdidas sólo por la menor producción de soja y maíz alcanzan a 4.600 millones de dólares, debido a que no sólo computan los 1.550 millones de dólares computables a la producción, sino también el derrame que no llegará a sectores “conexos”, como el transporte, la maquinaria agrícola y la construcción.

“Esta cifra representa un 0,7 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en febrero para la República Argentina en el año 2018, valuado en 639 mil millones de dólares”, indicó la economista Emilce Terré.

Los 1.550 millones que pierde directamente el sector productor comprende tanto la menor rentabilidad que obtendrá de las hectáreas que logren cosecharse de soja y maíz como de la pérdida por insumos aplicados a superficie que, habiéndose sembrado, no se terminaría cosechando, así como también por el costo de oportunidad en las hectáreas que no lograron sembrarse ante la falta de condiciones adecuadas.

“A su vez, los menores ingresos de los productores que trabajan a lo largo y a lo ancho del país redundarán en una menor masa de recursos hacia el resto de la economía, lo cual se traduce en una pérdida de ingreso nacional adicional de 3.100 millones de dólares, una vez que consideramos el efecto multiplicador del gasto sobre la actividad económica nacional en su conjunto”, consideró la BCR.

Informe completo de la Bolsa de Rosario

FCE-UBA

La Universidad porteña, por su parte, presentó su Sistema de Evaluación de Pérdidas por Sequías e Inundaciones (Sepsi), que cuenta con soporte del Massachussets Institute of Technology (MIT).

Se trata de un modelo de valuación de pérdidas económicas sólo para la soja, que proyecta la producción tendencial bajo un escenario de variabilidad climática normal, y luego evalúa desviaciones en los rendimientos o pérdidas de área que se condigan con eventos climáticos extremos como los que están sucediendo por estos días en Argentina.

A partir de allí, se monetiza la pérdida de producción a través de los diversos precios vigentes, tomando en cuenta asimismo el efecto que la variación de cantidades pueda tener sobre la cotización del precio internacional.

En base a las estimaciones del modelo también se construyen indicadores de pérdida futura: el valor a riesgo de la producción de soja y el valor de la máxima pérdida esperada.

En concreto, la FCE-UBA estima que hay soja en riesgo por casi 2.700 millones de dólares.

Fuente: La Voz

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