Polémica por el documental de Netflix sobre Madeleine McCann
La producción del servicio de streaming mantiene que la niña, desaparecida desde 2007, fue secuestrada y está viva. La familia rechaza el material.
El reciente estreno en Netflix del documental sobre el caso de Madeleine McCann, la niña que despareció en 2007 en Portugal, causó polémicas por la hipótesis exhibida.
La producción de la plataforma de streaming, llamada «The Disappearance of Madeleine McCann» divida en ocho capítulos, concluye que Madeleine habría sido secuestrada por una red de tráfico de personas y aún estaría viva.
El documental apoya la teoría de Julián Peribanez, el detective privado que fuera contratado por Gerry y Kate McCann, los padres de Madeleine: la niña no sólo aún está viva, sino que se encontraría en Portugal.
También colaboraron Brian Kennedy, el millonario que aportó fondos a la búsqueda inicial de la pequeña, y el polémico Gonçalo Amaral, el ex inspector de la Policía Judiciaria Portuguesa y coordinador de la investigación durante los cinco primeros meses.
La participación de Amaral provocó el rechazo de los padres de Madeleine a formar parte del guión del material, ya que el ex inspector cree que la niña habría muerto accidentalmente en la habitación y los padres se habrían encargado de hacer desaparecer el cadáver.
En el documental, Amaral dice tener datos de que tres ingleses acudieron a una iglesia a cremar un ataúd, y que los restos de la nena podrían estar allí. Aunque también señala que pudo haber terminado en manos de un pedófilo local que la raptó y asesinó o bien haber caído en un pozo cercano mientras buscaba a sus padres.
Emma Cooper, productora ejecutiva del documental, afirmó que «trataron de mostrar todos los datos posibles sobre el caso, que pueden despertar un recuerdo en la memoria de alguien». Mantener la historia en la conciencia de la gente es algo muy importante», sostuvo.
Madeleine desapareció cuando su familia se encontraba de vacaciones en un hotel de Praia da Luz, en el Algarve, Portugal. La noche del 3 de mayo, Kate y Gerry McCann acostaron en la cama a sus tres hijos: Madeleine y los mellizos Sean y Amelie.
Como estaban de vacaciones, decidieron dejar a los nenes durmiendo en el departamento que alquilaron y fueron a cenar a un restaurante que estaba ubicado a 55 metros. Cuando volvieron, Maddie había desaparecido.
