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Hallazgo clave de científicos del Conicet con células inmunológicas para combatir el cáncer

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Un equipo de investigadores del CONICET logró develar el mecanismo mediante el cual un grupo de células inmunológicas, conocidas como células mieloides supresoras (MDSCs), contribuye al crecimiento y diseminación de tumores. El estudio, recientemente publicado en la revista Immunity, también ensayó con éxito una estrategia terapéutica experimental para reprogramarlas y potenciar la respuesta inmunitaria contra el cáncer.

El trabajo, liderado por el cordobés Gabriel Rabinovich desde el Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-Fundación IBYME), y con autoría destacada de la investigadora Ada Blidner, también del CONICET, da respuesta a un interrogante persistente en la oncología: por qué estas células, nacidas en la médula ósea para defender al organismo, terminan ayudando al desarrollo tumoral.

Según consignó el CONICET, las MDSCs favorecen el crecimiento de los tumores al suprimir la respuesta de los linfocitos T y fomentar la angiogénesis, es decir, la creación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan al tumor y le permiten expandirse.

La investigación detalla cómo estas células alteran la composición de los azúcares en su superficie al ingresar en ambientes tumorales, volviéndose especialmente afines a la unión con una proteína clave: Galectina-1 (GAL-1). Esta proteína, al adherirse a los glicanos presentes en las MDSCs, reprograma su comportamiento para potenciar tanto la inmunosupresión como la angiogénesis de forma simultánea.

“Revelamos que, en ambientes tumorales, GAL-1 es la molécula responsable de orquestar y sincronizar de forma jerárquica la inmunosupresión y producción de vasos sanguíneos que ejercen las células MDSCs”, explicó Rabinovich, quien también es profesor en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Si bien ya se sabía que GAL-1 tenía funciones inmunosupresoras y pro-angiogénicas en tumores, el hallazgo de este estudio es que su rol resulta fundamental para coordinar el accionar pro-tumoral de las MDSCs, según confirmó el organismo científico.

Estrategia de terapia

El avance no se limita a la comprensión del fenómeno. El equipo ensayó una estrategia terapéutica basada en el bloqueo de GAL-1 mediante un anticuerpo desarrollado en el mismo laboratorio. En modelos experimentales de cáncer colorrectal, se logró revertir el perfil de las MDSCs, que adoptaron un comportamiento proinflamatorio y antitumoral. Resultados similares se obtuvieron al intervenir sobre las enzimas responsables de modificar los glicanos que interactúan con GAL-1.

“Muchos pensaban que la solución era eliminar a las MDSCs, pero hoy se apunta a reprogramarlas. Lo que hicimos fue convertirlas de enemigas en defensoras del organismo”, destacó Rabinovich.

El equipo trabaja actualmente en el desarrollo clínico del anticuerpo anti-GAL-1 a través de GALTEC, una empresa de base tecnológica fundada en 2023, con la expectativa de iniciar ensayos clínicos que permitan evaluar su uso terapéutico en pacientes con cáncer.

Proceso

Según una investigación publicada por el CONICET, los científicos identificaron los tres receptores celulares (CD11b, CD18 y CD177) a los que se une GAL-1 en la superficie de las MDSCs, lo que desencadena la señalización que promueve su rol inmunosupresor y pro-angiogénico. El proceso está mediado por la activación del factor de transcripción STAT3.

“STAT3, cuando se activa, vuelve a estas células más inmunosupresoras y pro-angiogénicas. Gracias a esto confirmamos que GAL-1 es la responsable de articular procesos que antes se analizaban por separado”, afirmó Blidner.

Mediante análisis bioinformáticos de datos de múltiples tumores humanos, los investigadores hallaron una correlación directa entre la presencia de MDSCs activadas, altos niveles de GAL-1 y peor pronóstico clínico. Este hallazgo fue validado en muestras de pacientes con cáncer colorrectal, donde se constató un entorno tumoral más inmunosupresor y vascularizado.

Asimismo, en bases de datos de pacientes con cáncer de colon y melanoma que no respondieron a inmunoterapia, se observó una mayor afinidad de los azúcares de sus MDSCs por GAL-1, en comparación con quienes sí respondieron al tratamiento, según indicó Blidner.

El estudio fue dirigido conjuntamente con Diego Croci, investigador del CONICET en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, CONICET-UNCUYO), y contó con la colaboración de Camila BachJoaquín MerloAlfredo GarcíaKarina MariñoMartín Abba y Fernanda Troncoso, todos investigadores vinculados a instituciones del sistema científico argentino.

El proyecto recibió apoyo del Programa de Redes Federales de Alto Impacto, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, diversas fundaciones y donantes particulares. Todo el trabajo fue desarrollado íntegramente en Argentina.