En Campaña - Legislativas 2025

Elecciones 2025. Mestre, en campaña, con las “mujeres de la Lista 3″

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En la Casa Radical, Ramón Mestre se presentó ante unas 400 mujeres que se autodenominaron “Mujeres con la Lista 3”. No fue un encuentro más, sino que fue la puesta en escena de un sector del radicalismo que busca mostrarse vivo, activo y, sobre todo, dispuesto a disputar poder con un discurso cargado de símbolos y de demandas actuales.

De cara a las elecciones de octubre, Mestre – candidato a diputado nacional- se mostró como el dirigente dispuesto a recibir propuestas y trasladarlas al Congreso.

La foto que difundió su equipo de prensa lo mostró como un candidato hombre rodeado de mujeres que lo respaldan en un contexto político donde la igualdad de género sigue siendo una deuda.

Esa puesta en escena busca equilibrar una tensión: el partido centenario, marcado históricamente por liderazgos masculinos, necesita mostrar renovación y sensibilidad frente a un electorado que ya no tolera la indiferencia ante la violencia de género, la desigualdad y la precarización de la salud pública.

Mestre habló de empatía, de la necesidad de “estar juntos”, de terminar con la grieta. Sin embargo, su discurso incluyó definiciones concretas: compromiso con la Educación Sexual Integral, la articulación de refugios, el acompañamiento a mujeres víctimas y la crítica a una justicia que muchas veces revictimiza.

Allí radica la clave de su apuesta, que busca no limitarse a la consigna, sino trasladar demandas históricas a un eventual plan legislativo.

El énfasis en la violencia de género marcó un tono distinto. Mestre reconoció el peso de los femicidios, la herida abierta que dejó el 2024 y los casos que se acumulan en 2025. Desde ese lugar, intentó capitalizar un discurso de indignación compartida, poniéndose en el lugar de padre, ciudadano y dirigente.

La política, dijo, no es gasto sino inversión, especialmente en salud pública. Prometió defender presupuestos hospitalarios, garantizar derechos a jubiladas y mujeres con discapacidad, y advertir sobre los problemas locales que, según él, el oficialismo esconde. Ese tono de advertencia buscó interpelar a un electorado cordobés cansado de discursos nacionales que no siempre se traducen en soluciones provinciales.

El radicalismo necesita recuperar centralidad y, en ese intento, Mestre encontró un escenario propicio: mujeres organizadas, propuestas concretas y una bandera histórica que aún tiene peso simbólico. Sin embargo, el desafío es más profundo: no basta con prometer coherencia o empatía.

LA VOZ