El 65% de los argentinos prioriza descuentos al momento de comprar
En los últimos años, el comportamiento del consumidor argentino ha experimentado un proceso de transformación. Impulsado por la incertidumbre económica, la inflación persistente y el cambio en las prioridades, adquirir productos, ya sea en tiendas físicas, sitios nacionales o del exterior, se ha vuelto una decisión cada vez más calculada. Hoy, las decisiones de consumo responden menos al deseo y más a la necesidad, al cálculo y a la comparación.
En este escenario, durante el primer semestre de 2025 se comenzó a evidenciar una recuperación incipiente del consumo masivo en Argentina, tras cuatro trimestres consecutivos de caída. Si bien el repunte es moderado, resulta significativo al considerar el retroceso sufrido en 2024, cuando la pérdida de poder adquisitivo y el ajuste en los hogares obligaron a miles de familias a replegar sus gastos.
De acuerdo a un estudio de Kantar Argentina, el 60% de las categorías analizadas , que incluyen alimentos, bebidas, artículos de cuidado personal y del hogar, mostró crecimiento en volumen de compra durante el primer bimestre del año, lo que sugiere un cambio de tendencia alentador.
No obstante, este repunte no implica un regreso a las prácticas de consumo previas. La adaptación de los hogares a un entorno más austero ha consolidado hábitos más racionales: el 65% de los consumidores declara que prioriza promociones y descuentos, mientras que el 45% resignó marcas habituales para optar por alternativas más económicas. Esta resignificación de la compra también se refleja en una menor frecuencia, ya que más del 60% realiza compras semanales y apenas el 4% se stockea para un par de meses, según la consultora Focus Market.
Así, en este contexto de reajuste interno, las compras en el exterior a través del sistema courier ganaron protagonismo y marcaron un hito en el consumo digital argentino. Datos oficiales muestran que entre enero y abril de 2025, los argentinos realizaron 402.646 operaciones de importación personal por esta vía, con un volumen total de 59,8 millones de dólares. Esta cifra duplica los envíos de todo 2024, cuando se registraron 186.528 operaciones por 30,8 millones de dólares, lo que confirma no solo una tendencia creciente, sino un verdadero salto de escala.
Las causas de este fenómeno son múltiples, pero todas confluyen en una mejora sustancial de las condiciones económicas y normativas para el consumidor, sumado al acceso al crédito. A fines de 2024, el Gobierno nacional eliminó el Impuesto PAÍS para este tipo de operaciones, amplió el límite del valor FOB de USD 1.000 a USD 3.000 por envío, y eximió del pago de aranceles a los paquetes de hasta USD 400, siempre que no superen los cinco envíos anuales por persona. Estos cambios facilitaron el acceso directo a productos antes restringidos y dinamizaron el canal minorista internacional.
A ello se sumó la apreciación del tipo de cambio oficial, que avanzó a un ritmo menor que la inflación. Desde diciembre de 2023 hasta mayo de 2025, el dólar MEP subió apenas un 16,8%, mientras que los precios en el país treparon un 147% en el mismo período, de acuerdo con el IPC del INDEC.
Esta disparidad volvió altamente competitivos los precios internacionales frente a los nacionales y convirtió al ecommerce global en una alternativa viable incluso para quienes nunca habían recurrido a él; de esta forma, el impacto fue inmediato. En diciembre de 2024, las compras vía courier totalizaron USD 10,3 millones. En enero de 2025, la cifra saltó a USD 15,8 millones y en abril se alcanzó un récord mensual de USD 34 millones.
Los rubros más demandados fueron bienes de capital (USD 26,49 millones), electrónica (USD 21,77 millones) y bienes de consumo (USD 24,96 millones), destacándose artículos como computadoras, indumentaria, juguetes, calzado y herramientas especializadas. En tecnología, las diferencias de precio son notorias, pues un celular de alta gama que en Argentina puede costar hasta 2.500 dólares se consigue en Estados Unidos por apenas 1.011 dólares.
A esta explosión de consumo digital transfronterizo se sumaron mejoras logísticas que apuntan a sostener el crecimiento. Aeropuertos Argentina anunció la construcción de una Terminal Única de Courier en Ezeiza, con una inversión de 6 millones de dólares, mientras Aerolíneas Argentinas relanzó su servicio courier desde Miami, ampliando la capacidad operativa ante el aumento de la demanda.
Aunado a esto, el fenómeno también tiene un componente sociocultural. Hoy, las redes sociales y las plataformas digitales actúan como catalizadores del deseo y la decisión de compra. A través de influencers, reseñas, comunidades online y eventos promocionales globales como el Black Friday o el Prime Day y posicionamiento web, los consumidores descubren nuevas marcas, acceden a códigos de descuento y planifican sus compras con una lógica global.
Este cambio no se limita a un segmento social o etario. Aunque inicialmente el courier era un recurso de consumidores expertos, en 2025 se consolidó como una opción transversal, adoptada por familias de clase media que encuentran en el exterior mejores precios y variedad frente a un mercado local aún limitado por altos costos o poca oferta.
Sin embargo, este auge también plantea desafíos. Por un lado, podría profundizar la competencia con el comercio local, especialmente en sectores donde la industria nacional no logra igualar en precio o calidad. Por otro lado, obliga al Estado a monitorear el sistema para evitar abusos, fraudes o desequilibrios fiscales.
Mientras tanto, el consumidor argentino sigue adaptándose. Entre la búsqueda de promociones locales y la expansión del e-commerce internacional, el acto de comprar ya no es solo una necesidad, sino una estrategia de supervivencia económica, una herramienta de empoderamiento digital y, para muchos, una forma de recuperar cierto margen de bienestar en medio de la incertidumbre.
Cambios para las compras en Chile
Durante los últimos años, viajar a Chile se convirtió en una alternativa habitual para miles de argentinos que buscan mejores precios en tecnología, ropa, calzado y productos de cuidado personal. La cercanía geográfica, la amplia oferta comercial y la diferencia cambiaria hicieron de esta práctica una opción conveniente, especialmente para quienes residen en provincias limítrofes. No obstante, a partir de este mes, un nuevo esquema de control fiscal podría modificar estas costumbres de manera significativa.
La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) está implementando una normativa que obliga a todas las entidades financieras argentinas a reportar con mayor detalle los consumos realizados en el exterior con tarjetas de crédito y débito. Esto incluye tanto las tarjetas principales como las adicionales, sin excepción. A partir de esta resolución, cada compra efectuada en Chile deberá ser informada a ARCA con datos precisos: número de tarjeta, país de origen de la operación, nombre del comercio, monto total y código MCC (Merchant Category Code), que identifica el rubro comercial.
La medida busca cerrar posibles canales de evasión fiscal y mejorar el monitoreo del flujo de divisas vinculadas al consumo en el extranjero. Según indicaron fuentes oficiales, el objetivo principal es detectar con mayor precisión qué tipo de bienes se adquieren fuera del país y en qué volúmenes, sobre todo cuando las operaciones con tarjeta representan un gasto significativo en moneda extranjera.
Además del control bancario, también se reforzarán los controles fronterizos. Si bien ingresar a Chile para realizar compras seguirá estando permitido, las autoridades argentinas pondrán especial atención al tipo de mercadería que los viajeros intenten ingresar al regresar. Entre los productos prohibidos o de ingreso restringido se encuentran las armas de fuego, los estupefacientes, objetos arqueológicos o de valor cultural, y cualquier mercadería destinada a la reventa o uso industrial que no haya sido debidamente declarada.
Para quienes planean cruzar la cordillera, será clave informarse sobre los límites permitidos sin declaración, evitar productos que puedan generar conflictos en aduana y considerar que toda operación con tarjeta quedará registrada ante los sistemas fiscales. Así, el viaje de compras requerirá una planificación más cuidadosa, en un contexto donde la conveniencia sigue presente, pero los controles serán más estrictos.