Gripe + Covid – Regresa el barbijo: por la suba de cuadros respiratorios, se actualiza su uso en Córdoba
Con la circulación de enfermedades respiratorias durante las últimas semanas, muchos vecinos en la ciudad de Córdoba volvieron a lucir barbijos en sus rostros al salir de sus casas. Este regreso del tapabocas se observa como un resabio del Covid-19 que puede ayudar a reducir el contagio comunitario. Sin embargo, su uso no es uniforme.
En los espacios donde más se lo ve por estos días es en los ámbitos hospitalarios y en el transporte público. En el primer caso, muchos siguen recomendaciones de Ministerio de Salud, mientras que en el segundo su uso surge de forma espontánea por parte de los ciudadanos.
De acuerdo con datos de la cartera sanitaria provincial Córdoba presenta este año unos 30 mil casos menos de infecciones respiratorias de las que se reportaron para la misma época de 2024.
“El año pasado eran más de 81 mil los casos y ahora estamos pisando los 50 mil para el mismo momento epidemiológico. Eso no significa que no vayamos a tener más casos, porque en 2024 el frío llegó a fines de abril y este año vino con un mes de atraso”, aclaró a La Voz María Eugenia Vittori, Jefa de Epidemiología del Ministerio de Salud.
Sobre los tipos de virus que están circulando localmente, Vittori precisó que el predominante es el de la gripe H1N1, más conocida como gripe A o porcina. “De lo que tenemos identificado en mayores de 14 años, el 91% de los casos son de gripe A y el 9% restante de Covid”, detalló.
En los menores de 14 años, el primer agente de enfermedad es la influenza y en segundo lugar el virus sincicial respiratorio (causante de la bronquiolitis en los lactantes). Le siguen el Covid y después otros agentes, como el metapneumovirus, el pneumovirus o los parainfluenza.
Para obtener estos datos, y a diferencia de lo que se hacía durante la pandemia cuando se hisopaba a quien tuviera síntomas respiratorios, la mecánica actual es testear a grupos específicos: niños, personas internadas, pacientes con factores de riesgo y mayores de 50.
Además, existen unidades de monitoreo en lugares estratégicos de la provincia donde se hisopa a las personas que consultan.
Un uso heterogéneo
Con base en estos resultados, desde la Red de Infectología Provincial, el Ministerio de Salud elaboró y difundió algunas recomendaciones sanitarias para todas las instituciones de salud de Córdoba. Entre ellas, se encuentra la utilización de barbijos para el personal sanitario que asiste a los pacientes.
“No apunta a todo personal de salud, ni a las personas en general, pero si es recomendable para los pacientes cuando tienen síntomas respiratorios y asisten a una consulta. Y si no tienen síntomas, a modo de prevención. También para quienes pertenecen a grupos de riesgo y pueden estar expuestos en salas de espera”, aclaró Vittori.
La aplicación de estas recomendaciones quedó a criterio de cada institución sanitaria. En el caso de la Clínica Universitaria Reina Fabiola, solicitan el uso de barbijos a todos los pacientes para circular por el edificio de barrio General Paz y así poder reducir el riesgo de infección.
“A los pacientes les estamos informando que si van a consultar a la guardia por algún síntoma respiratorio o fiebre, utilicen barbijo mientras estén en la sala de espera. También para aquellos que vienen por otra cosa y estarán en la guardia con personas que puedan estar enfermas”, explicó a este medio Leonardo Gabriel Marianelli, jefe del Servicio de Infectología de dicha institución.
El especialista admitió que antes del lanzamiento de la medida pocos pacientes de la clínica usaban barbijo o tapabocas, pero que esto se modificó y su utilización aumentó. “En general, las personas no lo usan como en la pandemia, pero sí mucho más que en épocas previas a 2020 cuando casi nadie lo hacía. De la pandemia quedó ese aprendizaje en la población”, sostuvo.
Por su parte, en el Hospital Privado se recomienda el uso de barbijo a todos los pacientes con síntomas respiratorios, como tos, estornudos, congestión nasal o fiebre, sobre todo cuando ingresan o circulan por áreas comunes del centro de salud.
“En consultorios externos, salas de espera, zonas de inmunocomprometidos y áreas cerradas se promueve constantemente el uso del barbijo, tanto del paciente como de los acompañantes, haciendo énfasis en el autocuidado del entorno hospitalario”, señaló María Isabel Garzón, jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas y jefa de Control y Prevención de infecciones del hospital.
Respecto del acatamiento a estas solicitudes en la población general asintomática, Garzón indicó que se da de forma parcial y que la mayor adherencia ocurre en determinados grupos poblacionales como los mayores de 60 años, pacientes con enfermedades crónicas o los inmunosuprimidos.
“También vemos que usan barbijo padres de niños pequeños, especialmente en las salas pediátricas cuando los chicos tienen síntomas respiratorios. Los adultos jóvenes los utilizan cuando consultan por cuadros respiratorios”, señaló.
El uso de tapabocas es un hábito con múltiples beneficios, tanto a nivel individual como comunitario. Entre otros, reduce el riesgo de las infecciones graves en casos de personas vulnerables y, de forma indirecta, también contribuye a disminuir el ausentismo laboral y escolar.
“En el entorno hospitalario es una medida de muy bajo costo, de implementación sencilla y con una alta efectividad. Además, fortalece la cultura del cuidado colectivo y promueve las prácticas de prevención de salud pública, tal como lo aprendimos durante la pandemia de Covid”, cerró Garzón.
Otras medidas
Los profesionales de la salud coinciden en que el barbijo es una medida eficaz que no evita el contagio al 100%, pero si que lo reduce considerablemente si se usa de forma correcta, sobre todo en lugares cerrados con mucha circulación de personas.
Sin embargo, también consideran que no es la única medida ni la más útil para prevenir las infecciones respiratorias, y explican que debe complementarse con otras estrategias de control más eficaces, como ventilar los ambientes, lavarse las manos con frecuencia, estornudar tapándose la nariz y la boca con el pliegue del codo, limpiar las superficies de uso común y no compartir mates ni vasos.
Así y todo, sostienen que la medida más importante es la vacunación. “La gente tiene miedo a que haya otra pandemia y vuelve a usar el barbijo, pero a la vez deja de vacunarse”, apuntó Vittori.
Y detalló: “Del personal de salud está vacunado el 65% cuando tenemos que llegar al 95%. En los niños la primera dosis está en un poco más del 50% de cobertura, y la segunda en poco más del 30%. Los mayores de 65 años son los que más usan barbijo, pero apenas llegan al 41% de cobertura de vacunación y son el grupo etario con más riesgo de complicaciones. Estamos muy lejos de evitar que el virus circule”, dijo la especialista.
En ese sentido, remarcó la importancia de aclarar la información para quienes se resisten a vacunarse con el argumento de que el año que se inocularon se enfermaron de todas formas.
La vacuna de la gripe incluye entre tres y cuatro cepas, pero existen otro conjunto de virus que causan enfermedades de tipo influenza. Estos últimos no tienen vacuna y aunque provocan síntomas respiratorios, no derivan en complicaciones graves.
“Si yo me vacuné y me enfermo igual, es muy probable que haya sido con algunos de estos otros agentes que me producen los mismos síntomas, pero sin riesgo. Incluso, me puedo enfermar de gripe, pero lo que previene la vacuna es que el cuadro no se agrave”, cerró Vittori.
LA VOZ