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Por qué debemos exigir que los profesionales de la salud se laven las manos antes de atendernos

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un hábito tan simple y económico salva millones de vidas. En Argentina 3 de cada 10 profesionales no lo hacen correctamente. El impact en la transmisión de enfermedades y bacterias resis

Un hábito tan simple y económico como lavarse las manos salva millones de vidas cada año. Así lo sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por eso hoy hospitales de todo el país realizan actividades de concientización sobre los momentos en los que los profesionales de la salud deben higienizar sus manos y cómo deben hacerlo. Parece algo sencillo de implementar, sin embargo las estadísticas indican que en Argentina 3 de cada 10 profesionales no lo realizan correctamente. Y el impacto que esta falta de hábito tiene en la transmisión de enfermedades y bacterias resistentes a los antibióticos es enorme. Acá te contamos todo lo que tenés que saber sobre el lavado de manos para cuidarte y cuidar a los demás.

Aunque a simple vista no podamos verlo, las manos son el principal vehículo de transmisión de enfermedades infecto-contagiosas siendo las más frecuentes las gastrointestinales y respiratorias. Por eso, con la simple práctica de lavarse las manos se previenen males que puede contraer el mismo profesional de la salud, transportar infectando a otro paciente dentro del centro de salud, o transmitir a personas fuera de ese ámbito.

La Asociación de Enfermeras en Control de Infecciones (ADECI) hizo un relevamiento en distintos hospitales del país y observaron “una adherencia promedio a la higiene de manos del 67%. Por supuesto que hay hospitales en la que los profesionales higienizan sus manos correctamente en el 90% de las veces o más. Pero hay otros que apenas alcanzan el 40%”, sostuvo Elena Andión, licenciada en enfermería y presidenta de ADECI.

Lo que ocurres es que por ser un hábito sencillo parece simple de implementar. Sin embargo, “es una práctica que cuesta mucho que se incorpore y se sostenga en el tiempo”, coinciden los especialistas consultados para esta nota.

Tanto es así que el problema no es exclusivo de Argentina. Las estadísticas que se observan acá se replican en el mundo, aunque ya a mediados de 1800, Ignaz Semmelweis, descubrió que las manos transmitían enfermedades.

Por entonces, Semmelweis aplicó la higiene de manos en la unidad de obstetricia donde trabajaba, en el Hospital St Rokuz de Budapest, Hungría, y bajó la mortalidad por fiebre puerperal de más del 30% a menos del 1%. Es más, “él decía en el libro que publicó en 1860 que ‘los médicos mataban con las manos al no lavarlas’”, subraya María Teresa Verón, médica infectóloga y Coordinadora del Sector Resistencia a Antimicrobianos de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Sistemas de Salud, del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación.

Pero ahora, otra situación hace más relevante aún la higiene de manos y es que en los últimos 20 años a crecido exponencialmente la resistencia de las bacterias a los antimicrobianos. Se estima que ya mueren 700 mil personas cada año por infecciones resistentes a los antibióticos en el mundo, como explica en esta nota Infobae.

“Nos estamos quedando sin antibióticos para tratar enfermedades comunes generadas por bacterias resistentes”, alerta Verón. Por eso, la higiene de manos es un pilar fundamental para controlar las infecciones transmitidas en los centros de salud, donde las bacterias resistentes se encuentran con más frecuencia por haber estado en contacto con antibióticos y haberse hecho resistentes.

En consecuencia, concuerdan Andión y Verón, “hay que pensar que la adherencia a la higiene de manos es un indicador de la calidad y seguridad de la atención de los pacientes en los centros de salud. Es decir, si un centro tiene una tasa de adherencia a la higiene de manos mayor al 80%, el paciente que se atienda allí tiene menos posibilidades de que alguien le transmita una enfermedad infecciosa. Por supuesto, la meta de cada centro de salud debe ser lograr y sostener en el tiempo el 100% de adherencia a la higiene de manos”.

¿Cómo deben lavarse las mano?

Cuando estas no están visiblemente sucias, debe realizarse con un desinfectante alcohólico. El procedimiento debe durar entre 20 y 30 segundos. La manera de hacerlo es colocar el producto en la palma de la mano, y luego:

  1. Frotarse las palmas de las manos entre sí,
  2. Frotar la palma de una mano contra el dorso de la otra y viceversa,
  3. Frotarse el dorso de los dedos de una mano con los de la mano opuesta, agarrándose los dedos,
  4. Frotarse con un movimiento de rotación cada pulgar, rodeándolo con la palma de la mano opuesta,
  5. Frotarse la punta de los dedos de una mano contra la palma de la otra y viceversa.
  6. Una vez secas, las manos están seguras

Tanto en la jornada organizada en Buenos Aires como en varios centros de salud habrá cajas pedagógicas con luz ultravioleta donde los profesionales podrán evaluar si se higienizan correctamente las manos.

En este entrenamiento cada persona se lava las manos con un alcohol en gel que contiene una sustancia fluorescente que al poner las manos en la caja muestra con brillo las zonas de las manos limpias y oscuras las zonas sin higienizar correctamente. De esta manera se aprende a realizar la técnica correctamente.

Verificando el lavado de manos en la caja con luz ultravioleta en el Hospital Argerich. Foto: Gentileza Viviana Oviedo.

Mientras que cuando las manos estén visiblemente sucias se debe emplear agua y jabón. El procedimiento debe durar entre 40 segundos y un minuto.

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