Provinciales

La asistencia alimentaria demandará $ 5.100 millones

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Entre la Tarjeta Social; el programa Más Leche, Más Proteínas, y el Paicor, la Provincia destinará más de 5.100 millones de pesos para atender el grueso de la demanda alimentaria en Córdoba.

El Presupuesto indica que el programa Alimentario Provincial –que abarca los dos planes de ayuda mencionados en primer término– prácticamente se duplicará este año. De los 686 millones que el Gobierno proyectó en 2018, ahora destinará 1.100 millones.

En paralelo, el Paicor –donde comen cuatro de cada 10 chicos en edad escolar de la provincia, según publicó este medio– insume 4.018 millones de pesos anuales. El año pasado requirió 3.005 millones.

De esta manera, el gasto provincial directo en alimentación superará los 5.100 millones pesos, casi el tres por ciento del presupuesto previsto para este año (220.767 millones). Vale sumar aquí también las asistencias económicas que reciben comedores y organizaciones sociales, que no están discriminadas.

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Alcance

Son 361.899 las personas en situación de pobreza extrema que reciben asistencia directa de la Provincia a través de la Tarjeta Social.

Desde su implementación, en noviembre de 2016, hasta abril de este año, la cantidad de beneficiarios creció un 25 por ciento.

Actualmente, 86.166 familias perciben mil pesos mensuales para cubrir una parte de sus necesidades alimentarias básicas, de acuerdo con el portal de datos abiertos de la Provincia de Córdoba. Cuando se lanzó el programa, hace más de dos años, la tarjeta alcanzaba a 69 mil grupos familiares. Cada tarjeta llega a cuatro personas.

En total, son 504.115 los beneficios alimentarios que distribuye la Provincia entre los cordobeses. El número se compone, además de la Tarjeta Social, del programa Más Leche, Más Proteínas, que se reparte a 197.178 niños, y del Paicor, que otorga 220.771 raciones diarias. Este es el músculo de la ayuda social en la provincia.

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A esta tríada de programas hay que agregar el aporte económico que realiza el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia a los 313 comedores y merenderos que atienden la necesidad de 28.462 personas a través de las organizaciones sociales. Y también, la asistencia a 12 centros de cuidado infantil ubicados en los barrios ciudad y a 33 espacios socioeducativos que dependen del Gobierno provincial.

Por otra parte, los canales de asistencia específicos para adultos mayores y personas bajo tratamiento médico engrosan el número de beneficiarios de la asistencia alimentaria en Córdoba.

A las cifras provinciales hay que añadir el aporte de la Municipalidad de Córdoba: 15.968 mil niños almuerzan y toman su copa de leche diariamente en las escuelas municipales (es el 95 por ciento de la matrícula). Y la Subsecretaría de Desarrollo Social del Palacio 6 de Julio reparte, entre envíos propios y nacionales, 6.978 módulos alimentarios todos los meses.

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También hay sectores de la población que reciben aportes directos de la Nación para frenar el hambre. Los módulos alimentarios los canalizan las organizaciones sociales. Este medio intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación para conocer con precisión su cantidad, pero no recibió respuestas.

El mapa de la ayuda alimentaria se completa con el tercer sector. Instituciones y fundaciones contribuyen con alimentos a comedores y a merenderos de toda la provincia.

Asistencia

En muchos casos, programas y ayudas económicas se superponen. Una misma familia puede tener la Tarjeta Social y recibir un módulo desde la Nación o de una organización; los niños, asistir al Paicor o almorzar en una escuela municipal y, además, tomar una copa de leche de un comedor barrial que recibe aporte provincial.

En los últimos años, la demanda alimentaria creció en todos los niveles de manera constante. Desde 2016, las familias que incorporan a su economía doméstica asistencia estatal o de una organización no gubernamental aumentaron año a año.

La cantidad de ayuda directa y alimentaria creció un 27 por ciento en menos de tres años, cuando el Gobierno provincial otorgaba 395.967 beneficios.

En ese tiempo, se incorporaron 108.148 nuevos beneficios en los tres programas más grandes. Según la proyección del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la Provincia aumentó su población un 13 por ciento en el mismo período.

En los últimos años, cordobeses que antes no precisaban de la ayuda del Estado pasaron a integrar las nóminas de Desarrollo Social de la Provincia para cubrir sus necesidades alimentarias.

De acuerdo con la medición que realiza el Gobierno, en el segundo semestre de 2018, la pobreza alcanzó al 32,7 por ciento y la indigencia, al cinco por ciento, si se tienen en cuenta los aportes no monetarios provinciales. En total, 535 mil personas.

De acuerdo con ese informe, el 90,6 por ciento de las personas que están bajo la línea de pobreza y el 95,8 por ciento que vive en la indigencia reciben un beneficio no monetario (incluye también Boleto Educativo).

Evolución presupuestaria

En 2016, el Gobierno cambió el modelo de asistencia: pasó de los bolsones a la Tarjeta Social para evitar la discrecionalidad en el reparto. Destinó 31.282.000 de pesos a cubrir el plan Alimentario Provincial.

La inflación impactó directamente en los programas. En 2017, la Provincia presupuestó 379,2 millones de pesos sólo para la Tarjeta Social y terminó el año devengando 414,4. La proyección del gasto quedó en 421,5 millones de pesos.

En 2018, también hubo una diferencia entre el cálculo inicial y lo que efectivamente se ejecutó. Se presupuestaron 534,8 millones de pesos y se terminó por erogar 686,4 millones. Ese año hubo un salto considerable en la demanda de tarjetas, que hicieron que en el primer trimestre de ese año ya se hubiera gastado el 35 por ciento de los fondos destinados a ese fin.

La Tarjeta Social subió, pero pierde contra la inflación

El impacto de la asistencia alimentaria que se realiza a través de la Tarjeta Social se licuó en dos años y cinco meses unos tres puntos como consecuencia de la inflación.

De acuerdo con la canasta básica alimentaria (CBA) que mide el defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba, en noviembre de 2016, una familia calificada tradicionalmente como “tipo”, es decir, con cuatro integrantes (dos adultos y dos niños en edad escolar), necesitó 5.277,63 pesos para no caer en la indigencia.

La ayuda provincial, en ese entonces de 630 pesos, representaba el 11,9 por ciento de lo necesario para cubrir la canasta.

En mayo de este año, la misma entidad señaló que una familia tipo necesita 11.247,88 pesos para comer. Recientemente, la tarjeta aumentó su monto a mil pesos, lo que representa el 8,89% de lo que marca el índice de la Defensoría.

La canasta alimentaria, según este índice, aumentó 113 por ciento, mientras que la ayuda social, un 58 por ciento. De acuerdo con el portal de datos abiertos de la Provincia, en abril de este año estaban vigentes 86.166 tarjetas sociales que benefician a 361.899 personas.

La tarjeta nació como un beneficio mixto. En 2016, la Nación se comprometió a solventar 150 pesos del programa y la Provincia, el resto. Los sucesivos aumentos fueron solventados por Córdoba, mientras que el aporte desde Buenos Aires se mantuvo igual.

Desde el Ministerio de Desarrollo Social subrayan que ahora no hay más módulos alimentarios y se procura atender la situación de cada una de las organizaciones en la medida en que se acercan a sus oficinas.

En la niñez

De acuerdo con el Barómetro Social de la UCA, el sector más castigado por la pobreza son los niños y jóvenes. El informe indica que más del 50 por ciento está por debajo de línea de la pobreza.

El programa Más Leche, Más Proteínas consiste en una ración extra de leche para niños de 0 a 11 años durante 12 meses y se entrega en las escuelas. En 2016 comenzó con 136 mil beneficiarios. En tres años, esa cifra aumentó un 44 por ciento. Ahora, el número araña los 200 mil. En abril de este año, el registro provincial señalaba 197.178 beneficiarios.

Los escolarizados de 4 a 11 años representan más del 60 por ciento de los beneficiarios. El resto son niños de 0 a 3 años que reciben asistencia en las salas cuna.

Por su parte, desde la Municipalidad de Córdoba también acusan este aumento en las necesidades sociales. Desde 2016, la distribución de módulos aumentó dos veces y media.

Programas especiales

Sectores vulnerables

Adultos Mayores. Hay 6.034 adultos mayores que reciben una Tarjeta Social especial  de la Provincia y 2.786 que comen en centros integrales .

Celíacos. Además, 650 personas en situaciones de vulnerabilidad reciben un módulo alimentario especial sin Tacc. El programa funciona desde 2002 y ya duplicó la cantidad de raciones.

Pacientes. Pacientes con VIH (789) y oncológicos (311) también reciben una ayuda económica extraordinaria del Ministerio de Desarrollo Social.

Municipalidad. En 2016, la Municipalidad de Córdoba repartía 2.728 módulos alimentarios por mes. En mayo de este año, fueron 6.978. En 2017, 3.840, y en 2018, 5.605.

El tercer sector, obligado a multiplicarse
El tercer sector que atiende las necesidades alimentarias también siente el incremento de la demanda. La fundación Banco de Alimentos y Cáritas son una suerte de termómetro de la situación social.
Desde diciembre de 2016, por ejemplo, el Banco de Alimentos aumentó un 33 por ciento la cantidad de toneladas de comidas que distribuyó. Pasó de 175 mil kilos de comida a 234 mil en dos años y cinco meses.
“Ahora tenemos muchos servicios de cena que antes no teníamos. La cena es precisamente lo que no cubre ningún programa estatal. Antes brindábamos servicios en los comedores que atienden a gente en situación de calle; ahora esta situación se da más en los lugares que están insertos en el barrio. Antes, había familias que donaban a los comedores y ahora van a comer. La crisis impactó. Se está moviendo el esquema social”, dice Griselda Luna Olmos, coordinadora de la fundación.
Su institución pasó de dar de comer a 16.373 personas en 2016 a 19.555 el mes pasado. Ahora trabajan con 224 organizaciones, cuando hace más de dos años lo hacían con 180. Calculan que terminarán el año asistiendo a 300. 
Desde Cáritas Córdoba coinciden en atribuir un gran impacto a la crisis, no sólo en lo que respecta a la cantidad de gente que requiere ayuda alimentaria, sino  también al número de donaciones que realizan las personas.
“El año pasado estuvo complicado. La ayuda que se da depende de las donaciones que recibamos y en el último tiempo se bajaron varios donantes”, cuenta Emico Maekawa, referente  de esa institución que concentra la gran parte de sus esfuerzos en la asistencia alimentaria a través de desayunadores, de comedores y de las parroquias barriales.
 
Fuente: La Voz
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