Policiales

Absolvieron a los dos policías por la muerte de un detenido en la comisaría de Morteros

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Por unanimidad, un tribunal compuesto por tres jueces técnicos y jurados populares absolvieron a los dos policías que prestaban servicio en la comisaría de Morteros y eran juzgados en el marco de la causa de la muerte de un detenido ocurrida en una celda hace casi 8 años.

 La hoy sargento Carina del Valle Ludueña (42) y el excabo Darío Alejandro Romano (37) fueron absueltos de los delitos de «omisión de los deberes de funcionario público y homicidio culposo». Habían llegado libres al juicio, por lo que esa seguirá siendo su condición.

Estaban acusados de haber actuado de modo negligente tras la detención por una contravención de Maximiliano Acosta (18), el 2 de diciembre de 2011.

En la misma resolución, los jueces decidieron remitir las actuaciones a la fiscalía de Morteros de los antecedentes del comisario inspector Luis Guillermo Ludueña y de la sargento Lorena Soledad Ludueña por la presunta comisión del delito de falsificación de instrumento público; también del cabo Fernando Mariano Rivero por el supuesto delito de falso testimonio y del sargento retirado Clemente Sánchez, por encubrimiento.

Durante el juicio, un policía testigo acusó al exjefe de la comisaría de ordenar adulterar el libro de guardia.

Los fundamentos de la sentencia serán leídos el 18 de diciembre en horas del mediodía.

Ambos imputados hoy durante el juicio 

La fiscal de cámara Consuelo Aliaga Díaz tras alegar solicitó que a Ludueña se la condenara a la pena de seis meses de prisión de ejecución condicional y se la inhabilitara por el término de cinco años para ejercer como policía. Y para Romano, un año de prisión de ejecución condicional e inhabilitación por el término de cinco años para ejercer cargos públicos.

El representante de la familia de Acosta constituida en querellante, Gustavo Utrera Ramos, pidió el sobreseimiento de Romano pero adhirió al pedido de pena de la fiscal de cámara en el caso de Ludueña.

Los defensores, Lucio Sarnago por la mujer policía y Norberto Vaca por Romano, coincidieron a la hora de pedir la absolución de sus defendidos y cuestionar la investigación que se llevó adelante desde la fiscalía de Morteros en aquel año, calificándola de deficiente y sosteniendo que se dejaron pasar pruebas de vital importancia para esclarecer el hecho.

El asesor letrado Lucio Sarnago utilizó el término de «dos perejiles» al referirse a los imputados, en tanto que Vaca volvió a insistir con su teoría «de que el hilo se corta por lo más delgado y en este caso Ludueña y Romano eran los ‘candidatos’ ideales».

 

 

La familia del fallecido apunta a la cúpula policial

Javier Acosta, hermano del fallecido, tras el fallo dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO que la familia va a continuar luchando hasta lograr que se conozca la verdad. «Nosotros esperábamos este final, está bien porque absolvieran a dos perejiles, ahora vamos por los más grandes que es el comisario Ludueña y los que están detrás del él. Nos vamos con la sensación de que la muerte de nuestro hermano está impune por eso ahora vamos a continuar luchando para que se reabra la investigación».

La aprehensión -registrada a las 17.40- en aquel momento estuvo a cargo Darío Romano y en la guardia de la comisaría de Morteros se encontraba la mujer policía junto al entonces jefe de la dependencia, subcomisario Guillermo Ludueña.

 

 

El hecho

El 2 de diciembre de 2011, al joven Acosta se lo halló sin vida en el interior de la celda en donde había sido alojado entre las 20 y las 20.30. Fue encontrado colgado de la puerta de rejas; se habría ahorcado con el cordón de un pantalón tipo jogging que vestía.

Varios testigos pasaron durante los cuatro días que duró el juicio en los Tribunales de San Francisco.

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