Colegio de Veterinarios: denuncian al expresidente por presunta malversación de fondos
En total, la fiscalía de Instrucción del Distrito 4 Turno 3 de Córdoba, a cargo de Juan Pablo Klinger, investiga al menos a 15 personas que, por acción u omisión, dieron un destino diferente al aporte mensual de los 3.500 afiliados del Colegio. Los cálculos preliminares establecerían un desvío por más de 120 mil dólares.
“Queremos darles una respuesta a nuestros afiliados sobre que pasó con sus contribuciones y que se determine la responsabilidad de los implicados”, sostuvo Calle.
Este medio consultó este domingo a Morini sobre la denuncia judicial en su contra y este prefirió no hacer declaraciones al respecto.
Además del expresidente, la justicia investiga a Cynthia Elizabeth Mc Hardy (vicepresidenta), Walter Martín López (secretario), Celia Ruberto (tesorera), Gastón Luciano Cipolla, Lorenzo Castelari, Andrea Anselmi (vocales titulares), Laura Luciana Reboyras, Juan Vottero y Constanza Del Bianco (vocales suplentes),
También a los miembros de la Comisión Revisora de Cuentas: Natalia Moyano, Sabina Pariani, Emanuel Muñoz, Andrés Palmero y Matías Solano.
El Colegio de Médicos Veterinarios de la Provincia de Córdoba es una asociación sin fines de lucro que tiene por objetivo gestionar recursos económicos y materiales a favor de sus afiliados. El sábado pasado se realizó una asamblea ordinaria en la que los afiliados de toda la provincia fueron notificados de los últimos avances judiciales.
GASTOS INSÓLITOS Y “PRÉSTAMOS”
El Colegio de Médicos Veterinarios de Córdoba tiene su sede principal en calle Lima al 1300, en barrio General Paz, de la ciudad de Córdoba, y un complejo vacacional denominado El Corcovado, en Villa Rumipal, valle de Calamuchita.
Con el supuesto fin de realizar mejoras en este último, la gestión anterior habría adquirido materiales de construcción, pero las compras no las habría realizado en alguna ciudad cercana o en la Capital. Las facturas son de corralones de Brinkmann y Miramar, de donde es oriundo Morini, a más de 380 kilómetros de la localidad serrana.
Entre otros gastos llamativos, existirían compras de dos televisores smart led de 75 pulgadas, pañales, una crema exfoliante, espejos touch y el pago de servicios de jardinería.
Según consta en uno de los libros de actas, en agosto de 2021 Morini tenía una “urgencia” en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y le habría pedido a una empleada administrativa del órgano colegiado un préstamo de $ 195.775 para comprarle un pasaje al exterior a su hija Luna. Según la tesorera, Morini lo devolvió sin intereses, pero ese recupero no aparece en ningún libro contable.
Uno de los afiliados puso el grito en el cielo cuando se enteró que el expresidente había recibido un préstamo de la entidad. Asegura que cuando él estuvo enfermo de dengue, pidió una contemplación especial y se la negaron.
CON PERFIL POLÍTICO
Diego Carlos Morini es médico veterinario recibido en la Universidad Nacional del Litoral. En sus primeros años en la profesión, trabajó como director técnico de la Fundación para la Sanidad Animal “Tres Colonias”, en Brinkmann.
Antes de llegar a la presidencia del Colegio de Médicos Veterinarios, Morini se dedicó de lleno a la política, como lo había hecho su padre Benito Morini. Dentro de las filas del Partido Justicialista fue concejal y presidente del Concejo Deliberante de esa localidad del departamento San Justo.
Diferencias con el actual intendente Gustavo Tévez (Hacemos por Córdoba) habrían provocado el alejamiento de Morini, quien aprovechó sus contactos en el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia y en 2014 acompañó la lista de Unidad Profesional como vocal del Consejo Directivo del Colegio de Veterinarios. Tres años más tarde se postuló como presidente y ganó las elecciones.
“Cuando Morini perdió las últimas elecciones en el colegio, acá en el pueblo se dijo que había sospechas de algo turbio”, señaló Rubén Dotta, periodista local. En esa ocasión se había presentado como candidato a vicepresidente y ubicó a su secretario como candidato a presidente, pero no lograron la reelección.
Tras 20 años como médico veterinario, y de su salida del Colegio de Médicos Veterinarios, Morini dejó la profesión y se dedicó al rubro comercial. Hace algunos meses adquirió una franquicia de una fábrica de empanadas y atiende junto a sus hijos en el local de su antigua veterinaria de Brinkmann.
LA VOZ
