Salud

Epidemia. Dengue: explican por qué aparecen cuadros graves por deshidratación y qué recomiendan

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Cuando una persona tiene en su organismo el virus del dengue, una de factores de la enfermedad transmitida por el Aedes aegypti, es la deshidratación y en algunas personas esta particularidad puede provocarles complicaciones graves en la salud.

“Las complicaciones pasan por una serie de fenómenos que ocurren dentro del organismo. Justamente, el mecanismo por el cuál el virus lesiona al organismo tiene que ver con la salida de líquidos desde los vasos sanguíneos hacia los tejidos”, explicó Alejandra Álvarez, especialista en Infectología del Hospital Rawson.

Y al estar deshidratado o no adecuadamente hidratado, durante la fase febril, existe la posibilidad de que las personas sufran consecuencias en la salud. “Es un círculo: la persona está deshidratada y se siente mal, pero a la vez no tiene fuerzas para hidratarse”, afirmó Álvarez.

Y agregó: “La deshidratación disminuye las ganas de comer y de beber”.

A la vez, indicó que los síntomas de alarma incluyen: poca orina u orina de color oscuro, dolor abdominal intenso (no mejora con medicación), vómitos, y si empeora, con fiebre alta y dolor muscular, decaimiento y no puede salir de la cama, hay que consultar al medico.

Para la especialista, la deshidratación no tiene que ver con el número de plaquetas, es un fenómeno que tiene que ver con la misma enfermedad. Y no es el principal mecanismo de complicación, “las personas tienen mucho miedo a la disminución de las plaquetas, pero hay que tenerle miedo a la deshidratación”, afirmó.

Riesgo grave

Laura López, subsecretaria de Estrategias Sanitarias y Acceso a la Salud del Ministerio de Salud de la Provincia, explicó por qué es un riesgo grave la deshidratación: “En esta enfermedad si no te hidratás y no se controla la hidratación, el paciente puede hacer un shock hipovolémico. Una sintomatología común es que se pierde la sensación de sed”.

El peligro de la deshidratación es la generación de un shock hipovolémico, un tipo de shock que se produce como resultado de una pérdida rápida e importante de fluidos corporales.

La deshidratación produce la sensación de no tener sed. (José Gabriel Hernández / La Voz)
La deshidratación produce la sensación de no tener sed. (José Gabriel Hernández / La Voz)

Puede tratarse de pérdida de sangre, de plasma o de agua y electrolitos, por vómitos, diarreas y también fiebres altas sin una adecuada reposición de líquidos.

“La mayoría de nuestros internados ingresan por shock hipovolémico, no es hemorragia. Lo que se presenta como síntoma es un dolor abdominal intenso, un vómito que no cede, menos orina. Para no llegar a estos síntomas graves, es clave seguir las indicaciones de la atención primaria. Si el médico clínico te dijo que tenés dengue, hidratate (no menos de 3 litros por día), hacé reposo, comé liviano (pero comé)”, remarcó López.

Hidratarse

Álvarez manifestó que hay grados de deshidratación y cuando se llega a un estado de gravedad extremo es complejo volver al estado de salud normal de la persona.

La especialista afirmó que buena hidratación, desde el primer día que aparecen los síntomas del dengue, mejora las posibilidades de que transcurrida la etapa febril y al pasar a una etapa crítica, las personas no tengan complicaciones.

La hidratación adecuada, no solo implica tomar agua sino también infusiones azucaradas, bebidas deportivas con sal, caldos y jugos de frutas naturales, y el consumo de verduras.

“Independientemente de lo que consume la persona hay una alta cantidad de líquidos que se pierden por la fiebre alta, los vómitos y la diarrea”, expresó.

Por su parte, Ana Willington, directora de Epidemiología de la Provincia, apuntó que es clave el adecuado seguimiento clínico, que corresponde al primer nivel de atención de la salud.

“El que se queda en la casa, tiene que saber que se tiene que hidratar, se le tiene que controlar la tensión arterial, esa persona sin seguimiento es la que se agrava”, advirtió.

Alertas

Las deshidratación puede ocasionar distintas consecuencias de acuerdo a la edad de la persona y a los grados de deshidratación que se presentan como leves, moderados o severos.

De acuerdo a Álvarez, las personas más vulnerables son las que viven solas, las que tienen problemas cardíacos o renales, los adultos mayores y los menores de dos años (lactantes).

Deshidratación: hay que prestar especial atención a las personas gestantes. Foto: Imagen ilustrativa / Pexels.
Deshidratación: hay que prestar especial atención a las personas gestantes. Foto: Imagen ilustrativa / Pexels.

En el caso de los adultos mayores, las complicaciones en la salud se da en aquellos que no pueden cuidarse por si solos, no tienen quienes los asistan o no tienen redes de contención. “Es uno de los motivos por los cuales hay una mayor cantidad de internados”, destacó Álvarez.

Además, recordó que hay que controlar “muy de cerca” a las personas gestantes porque los síntomas como el vómito son compatibles con los del dengue y hay que diferenciarlos.

LA VOZ

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