Quién es Robert Francis Prevost, un papa cercano a Francisco
El cardenal Robert Francis Prevost Martínez, un agustino estadounidense de 69 años con profundas raíces en América Latina, fue elegido Papa en el cónclave iniciado el 7 de mayo de 2025, sucediendo al papa Francisco, fallecido el 21 de abril.
Como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, Prevost, conocido por su humildad y compromiso con los pobres, asume el papado con un perfil que combina experiencia misionera, liderazgo curial y fidelidad al legado reformista de Francisco.
Orígenes y formación
Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, Robert Francis Prevost creció en Dolton, en una familia católica que frecuentemente acogía a sacerdotes en su parroquia, Mary of the Assumption, según el Chicago Sun-Times.
Ingresó al seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis y se graduó en Matemáticas en la Universidad de Villanova, Filadelfia.
Posteriormente, obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás en Roma. Ordenado sacerdote en 1982 a los 27 años, su vocación misionera lo llevó a Perú en 1985, donde desarrolló una conexión profunda con América Latina que marcó su carrera.
Trayectoria eclesiástica y cercanía con Francisco
La trayectoria de Prevost abarca roles de liderazgo tanto en la Orden de San Agustín como en la Iglesia universal. Entre 1985 y 2003, trabajó como misionero en Perú, dirigiendo seminarios en Trujillo y brindando asistencia judicial a comunidades marginadas, según COPE.
En 1999, fue elegido prior provincial de los agustinos en Chicago, y en 2001 asumió como prior general de la orden a nivel mundial, visitando cerca de 50 países hasta 2013.
Su enfoque pastoral y capacidad organizativa llamaron la atención del papa Francisco, quien lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, Perú, en 2014, y obispo en 2015. En 2015, Prevost adquirió la ciudadanía peruana, consolidando su identidad como un “puente” entre América del Norte y Latina, según Aristegui Noticias.
En 2023, Francisco lo convocó a Roma para liderar el Dicasterio para los Obispos, un cargo estratégico que supervisa la selección de obispos en diócesis latinas, y lo nombró presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
Ese mismo año, fue elevado a cardenal obispo, una de las categorías más altas del Colegio Cardenalicio, reflejando la confianza de Francisco en su visión pastoral. Prevost se destacó por su discreción, capacidad de escucha y defensa de la sinodalidad, la justicia social y la acción climática, según Vatican News.
Controversias y desafíos durante el cónclave
A pesar de su prestigio, Prevost enfrentó críticas que pusieron a prueba su candidatura.
En 2023, una organización acusó a Prevost y al cardenal Blase Cupich de encubrir denuncias de abusos sexuales en la diócesis de Chiclayo, según Bota.
La diócesis negó las acusaciones, y el periodista peruano Pedro Salinas las calificó de “absolutamente falsas”. Aunque no se probaron irregularidades, el tema de los abusos sexuales, un punto sensible tras el pontificado de Francisco, generó cautela entre algunos cardenales, según The Pillar.
Además, su nacionalidad estadounidense suscitó reservas, ya que algunos electores temían que un Papa de una superpotencia pudiera politizar el papado, según The Week.
Sin embargo, Prevost superó estas objeciones gracias al respaldo de cardenales influyentes, como el nuncio en EE.UU., Christophe Pierre, y el hondureño Óscar Maradiaga, según The Pillar.
Su experiencia en la Curia, su alineación con el 80% de los cardenales nombrados por Francisco y su capacidad para mediar entre las alas progresista y conservadora lo convirtieron en un candidato de consenso, según La Croix International.
Su elección refleja el deseo de continuidad con las reformas de Francisco, pero también un guiño a América, donde viven cerca de la mitad de los católicos del mundo.
Desafíos como Papa
Como Papa, Prevost enfrenta una Iglesia polarizada entre sectores progresistas y conservadores, una crisis de vocaciones sacerdotales y la necesidad de profundizar las reformas de Francisco, especialmente en la gestión de abusos sexuales y la inclusión de mujeres en roles de liderazgo.
Su experiencia misionera en Perú y su trabajo en el Dicasterio para los Obispos lo preparan para fortalecer la Iglesia en el Sur Global, pero deberá abordar desafíos globales como el secularismo, el cambio climático y las tensiones geopolíticas, incluyendo las relaciones con China y el conservadurismo católico en EE.UU.
Además, la crisis financiera del Vaticano, con un déficit de 83 millones de euros, exigirá una gestión eficiente, según Reuters.
Su estilo pastoral, descrito como “cercano y dialogante” por EFE, y su trayectoria en comunidades pobres lo posicionan para liderar una “Iglesia en salida”, pero su capacidad para gestionar la Curia y superar las críticas a su manejo de controversias será crucial. Vaticanistas como los de Clarin destacan su potencial para ser un “Papa puente” que una las Américas y Europa, consolidando el legado de Francisco mientras enfrenta un mundo en transformación.
Prevost, el primer Papa estadounidense y con ciudadanía peruana, asume el trono de Pedro con una trayectoria que combina misión, liderazgo curial y compromiso con los pobres. Su elección en el cónclave de 2025, tras superar acusaciones desmentidas de encubrimiento y reservas sobre su origen, señala un mandato de continuidad con las reformas de Francisco.
A sus 69 años, Prevost tiene ante sí la tarea de unificar una Iglesia dividida, fortalecer su presencia en el Sur Global y responder a los retos de un mundo en crisis, apoyado en su experiencia como “hombre de los tres mundos” —EE.UU., América Latina y el Vaticano.
FUENTE: Cadena 3.