Provinciales

Preocupan al Gobierno “voces extrañas” en el celular del ministro de Seguridad Quinteros

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Tres comunicaciones telefónicas que el ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, mantuvo con un periodista de La Voz provocan por estas horas alta preocupación en los principales despachos de esa cartera y del Ejecutivo, por la filtración de al menos dos voces –una de una mujer y otra de un varón– quienes en medio de las comunicaciones hicieron comentarios sobre el tema que se conversaba.

Los hechos se registraron en las últimas horas, durante la consulta que este medio realizó por un suceso policial, a través de un celular y a la línea directa de Quinteros.

Las voces, que profirieron claras alusiones a las expresiones del funcionario, fueron escuchadas nítidamente a través de los celulares de ambos interlocutores, lo que de inmediato disparó una alarma.

Tras algunas verificaciones técnicas realizadas en ambos dispositivos, se pudo constatar que ni el ministro ni el periodista tienen las “llamadas desviadas” y que, en apariencia, no habría ningún otro mecanismo activado que pueda “recursar” una llamada de línea a otros dispositivos.

Los equipos celulares permiten constatar a través de un código sencillo (al marcar *#21#+Send) si los desvíos de llamadas se encuentran activados de forma “incondicional”, método que podría provocar una interferencia en las comunicaciones. Pero rápidamente se descartó esta posibilidad.

La única opción restante es lo que habitualmente se conoce como una “pinchadura”. O, dicho de otro modo, de un procedimiento de escucha de las comunicaciones, que podría ser legal o ilegal.

En el Ministerio de Seguridad provincial analizan la situación con marcada preocupación y aseguran que “es la primera vez que lo detectan”.

Por lo general, el titular de la cartera no utiliza llamadas por línea telefónica. Según fuentes cercanas a Quinteros, se contacta sólo a través de llamadas o mensajes de WhatsApp.

Esta práctica, por cierto, es habitual y extendida entre policías, fiscales, jueces y funcionarios políticos, quienes prefieren contactarse a través de otros sistemas de llamadas que no implican el uso de la línea tradicional. Lo dicen sin rodeos: “Son métodos inviolables”.

Hasta el momento, Quinteros no realizó una denuncia formal por presuntas escuchas telefónicas.

No obstante, fuentes de su entorno no descartaron esta posibilidad.

De todos modos, lo sucedido no deja de generar preocupación en los más altos despachos del Ejecutivo.

Las dos primeras llamadas y las voces en el teléfono

Durante la primera llamada, que tuvo una duración total de 2 minutos 49 segundos y se realizó el miércoles a las 13.58, el propio ministro oyó una voz, que caracterizó como la de “una mujer”, a la cual escuchó hablar unos segundos antes de que el diálogo se interrumpiese de manera intempestiva.

Esta vez, el periodista de este medio escuchó una voz diferente: la de un hombre con tonada cordobesa, que expresaba “Qué dice el boludo”.

En una llamada posterior, que se realizó a través de WhatsApp, se comentó informalmente la situación. En esa charla, Quinteros explicó en detalle lo que había oído la primera vez y dijo estar sorprendido, pero todo quedó en el orden de comentarios, sin mayor trascendencia.

La tercera llamada: “Están hablando de las pinchaduras”

Al cabo de una hora, Quinteros volvió a tomar contacto con este medio y lo hizo a la misma línea telefónica con la que se había comunicado momentos antes. Se trataba de la tercera llamada que iba a generar la inquietud por parte del funcionario.

La llamada se realizó a las 15.14 y tuvo una duración de 1.47 minutos.

Luego de volver a relatar la sorpresa que le provocaba la mera posibilidad de que su línea estuviera intervenida, dado que dijo “siempre hablar en tono claro de la información” y hasta de sus posturas políticas, se dispuso a brindar detalles sobre un operativo que había comentado en las llamadas anteriores.

En la siguiente llamada, ahora por WhatsApp, esta vez Quinteros dijo haber escuchado la voz de una mujer que hizo un nuevo comentario sobre sus conversaciones.

“La escuché decir ‘ahora están hablando de los teléfonos pinchados’”, aseguró.

Lo sorpresivo es que, en el hipotético caso de que estuvieran escuchando al ministro, ambas personas dejaron oír sus voces.

La tecnología y las circunstancias de las escuchas telefónicas

Durante la consulta a un experto, que solicitó reserva de su identidad, este medio ratificó que las escuchas legales en Córdoba se realizan a través de la orden de un juez o jueza. Las ejecuta la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Dajudeco), que en Córdoba cuenta con dos métodos tecnológicos para llevar a cabo estos procedimientos.

Uno de ellos, el más habitual, es conocido como “escucha indirecta” y se realiza sin la presencia de operarios. La llamada se graba y ese audio luego es desgrabado por un operador.

El segundo es utilizado de manera ocasional y se conoce como “método directo” o “a parlante abierto”. En estos casos, los operadores oyen en directo las conversaciones. Sin embargo, la fuente dijo que es poco común que se escuche a un agente durante una llamada.

También señaló que no conocía otros casos en los que se corte una llamada de manera remota, como habría ocurrido en los tres casos anteriormente relatados.

Lo que sí descartó de plano, con base en una larga experiencia en este tipo de operaciones, es que la línea pudiera estar “ligada” o que las llamadas pudieran estar “desviadas”.

“Claramente es una escucha, que puede ser legal o ilegal, y que en el ámbito legal se realizan de manera constante”, dijo.

Frente al panorama, en Seguridad lo que abundan son preguntas: ¿Hay espionaje? ¿Lo estaban escuchando? Y si lo estaban haciendo, ¿lo hacían de manera legal? ¿Hay un seguimiento del ministro por parte de alguna esfera del poder político? ¿Alguna banda delictiva tiene acceso a este tipo de tecnología? ¿Quién está detrás? Por ahora, reina la incertidumbre.

LA VOZ