Qué es el Síndrome Inflamatorio Multisistémico asociado al Covid 19
- Este síndrome implica la afectación de múltiples sistemas u órganos.
- Se manifiesta como una respuesta inflamatoria tardía frente a SARS CoV-2, donde el sistema inmunológico responde en forma incontrolada y exagerada afectando a múltiples órganos.
- A la fecha se han detectado tres pacientes con este síndrome en el Hospital de Niños, institución de referencia Covid-19 en la provincia.
Desde el inicio de la contingencia se destacó que la afectación de la población pediátrica era menos frecuente, o el curso de la enfermedad se caracterizaba por ser más leve en comparación con los adultos.
Sin embargo, desde la irrupción de la infección por coronavirus en Occidente, generó preocupación la aparición creciente de una entidad patológica denominada Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2, que en principio se asoció con la Enfermedad de Kawasaki, aunque en la actualidad se sabe que difiere de ésta.
Este síndrome inflamatorio implica la afectación de múltiples sistemas u órganos; como la piel, los intestinos o el sistema nervioso; y tiene un alto impacto a nivel cardiovascular. Hoy representa en el mundo la principal causa de ingreso a sala de cuidados intensivos en pediatría vinculados con la infección.
Esta enfermedad se desarrolla unas tres a seis semanas posteriores al contacto con el virus. Por lo tanto, no representa una manifestación de enfermedad aguda, sino probablemente una respuesta inflamatoria tardía frente a SARS-CoV-2, donde el sistema inmunológico responde en forma incontrolada y exagerada afectando a múltiples órganos.
Marcelo Argüello, subdirector del Hospital de Niños, manifestó que “el cuadro clínico que presentan estos niños al inicio de la enfermedad puede no ser muy específico, y requiere una alta sospecha por parte de los pediatras”.
Muchos de los casos cursan con fiebre, habitualmente de más de tres días; manifestaciones digestivas, vómitos, dolor abdominal o diarrea; alteraciones cutáneas, erupciones o edemas de miembros; alteraciones oculares, como conjuntivitis no purulenta; alteraciones de la mucosa oral y labios; alteraciones neurológicas, como cefalea, confusión, signos meníngeos; y alteraciones cardiovasculares, alteraciones de la regulación de la tensión arterial, hipotensión, arritmias, inflamación del músculo cardíaco con afectación de la función de bombeo y grados variables de insuficiencia cardiaca y shock cardiogénico.
La alteración respiratoria, como tos o disnea, no es un síntoma frecuente como en la infección aguda por este virus, sin embargo la afectación cardiaca termina repercutiendo también sobre el pulmón. El desarrollo de estas manifestaciones puede ir dándose lentamente o evolucionar en forma muy rápida.
Cabe destacar que este síndrome fue incorporado dentro de la definición de caso confirmado Covid-19 en pediatría, por parte de las carteras sanitarias nacional y provincial.
La existencia de esta patología pone de manifiesto la necesidad de estar atentos a su presentación, a una consulta oportuna y al sostenimiento de las medidas de prevención ya difundidas a la comunidad. Además, se insta a un alto índice de sospecha por parte de los profesionales.
Hospital de Niños
En el Hospital de Niños, institución de referencia Covid-19, se han detectado a la fecha tres pacientes con este síndrome, que han requerido soporte en unidades de cuidados intermedios o unidades de terapia intensiva.
Estos casos demandaron un abordaje multidisciplinario entre terapistas intensivos, cardiólogos, reumatólogos e infectólogos, que definen el diagnóstico, lleven adelante el tratamiento y supervisen su evolución.
Con respecto al tratamiento, Argüello destacó que “implica medidas propias de una terapia intensiva, como la asistencia respiratoria mecánica, drogas vasoactivas, soporte de fallo de órganos específicos, antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes; y fundamentalmente, medicación direccionada a frenar esta respuesta inflamatoria desmedida”.
Además, se debe llevarse a cabo un estrecho seguimiento de la afectación cardiaca por la posibilidad de desarrollo de complicaciones en las semanas subsiguientes al diagnóstico, principalmente una alteración de los vasos coronarios.