Agro

Las lluvias escasas y la Niña se potencia para el verano

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foto de los últimos días parece alentadora: entre el domingo y este martes, se registraron nuevas lluvias en Córdoba que consolidaron el proceso derecuperación de los perfiles de humedad que comenzó en octubre, tras uno de los peores ciclos invernales en materia hídrica de los últimos años.

De acuerdo con los datos que recogen de manera permanente las redes de estaciones meteorológicas de la Provincia y de Bolsa de Cereales de Córdoba, hubo precipitaciones de entre 10 y 30 milímetros en el sudoeste y centro del territorio.

Coronel Moldes lideró la tabla, con 35 milímetros; seguida por Chaján, con 30; Bulnes, con 27; General Levalle, con 23; Vicuña Mackenna, con 21; y Los Jagüeles, con 20.

También superaron los 10 milímetros Villa del Rosario, General Deheza, Alta Gracia, Río Cuarto, La Carolina de Potosí, Villa Valeria, Huinca Renancó, Pavin, Huanchilla y Alejandro Roca.

En el resto de Córdoba (este, sudeste y norte), las descargas fueron muy escasas o directamente nulas.

El problema es que esta foto se inserta dentro de una película que puede calificarse como dramática, por ejemplo, para los cultivos de invierno: el trigo perdió millones de toneladas por la sequía y el garbanzo va camino a la peor cosecha en una década.

Según datos de la Bolsa de Cereales cordobesa, las lluvias del bimestre agosto-septiembre fueron 62 por ciento inferiores al promedio 2007-2020. En octubre, si bien comenzaron a llegar las precipitaciones, en 14 de 19 departamentos estuvieron por debajo de la media histórica.

Del mismo modo, un informe elaborado por la Nasa y citado por Meteored, muestra que la sequía actual es la más intensa en Sudamérica desde el 2002.

El mapa que elabora de manera semanal la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) también muestra a la mayor parte del territorio agrícola de Córdoba figura en condición de sequía, o de reservas deficitarias o regulares.

“En Córdoba, donde casi no hubo lluvias en la semana, van ganando terreno nuevamente los almacenajes escasos, con áreas donde ya se estima que se ha vuelto a niveles deficitarios de humedad en el suelo”, sentenció la ORA.

Llegó La Niña

En este contexto, es que las escenas que quedan por filmarse para el resto de la campaña no incluirían sonrisas para los productores agropecuarios.

Según el último pronóstico trimestral del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Córdoba figura entre los territorios con mayores probabilidades de lluvias por debajo de lo normal (entre noviembre de 2020 y enero de 2021).

Esta previsión se condice con un fenómeno La Niña cada vez más instalado y que se quedaría más tiempo de lo previsto: inicialmente se estimaba su retirada lenta a partir de febrero, pero ahora podría extender su accionar al menos hasta marzo, de acuerdo con un informe elaborado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).

La semana pasada, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertó que, luego de más de un año de mostrar condiciones neutrales, entre agosto y septiembre de este año se produjo en el Pacífico Tropical una transición hacia condiciones características de La Niña.

Así, existe un 90 por ciento de probabilidades de que persista hasta finales de 2020, y un 55 por ciento de que lo haga hasta el primer trimestre de 2021. De acuerdo con un informe elaborado por la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Fauba, se espera que el episodio de La Niña de este año sea moderado a intenso.

“Es probable que durante el actual episodio de la fase fría del ENOS —es decir, La Niña 2020— en gran parte del Cono Sur ocurran precipitaciones inferiores a lo normal. En la Argentina, según información que brinda el Servicio Meteorológico Nacional, este año 2020 se ha reportado como el más seco desde 1961”, comentó Adela Veliz, experta de la Fauba.

En la misma línea, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) difundió uninforme en el que asegura que, por la prevalencia de La Niña, el agua será “un bien escaso” en la campaña 2020/21, con Córdoba, Santa Fe y las provincias del Litoral como las regiones con mayor chance de déficit.

Según Roberto De Ruyver, director del Instituto de Clima y Agua del Inta, el problema es que en otros fenómenos La Niña que sufrió la Argentina, la campaña había comenzado con buenas recargas de agua. En esta oportunidad, eso no ocurrirá: el verano pasado solo tuvo lluvias justas, y el otoño y el invierno fueron deficitarios.

Recomendaciones

Bajo este escenario, desde el Instituto de Clima y Agua aconsejaron “un manejo conservador, teniendo muy en cuenta la humedad con la que se cuenta de inicio, no esperando lluvias importantes o generosas”.

Además, se debe tener en cuenta que los períodos entre lluvias suelen abarcar mayor cantidad de días que lo normal y que, en concordancia con ello, el trimestre actual tiene una mayor probabilidad de tener temperaturas por encima de lo normal.

En muchas áreas ganaderas extra pampeanas, se mantienen aún situaciones deficitarias interanuales en el balance de agua, por lo que se recomienda planificar la gestión del agua ante cada evento, y se considera necesario implementar la cosecha de agua, como una alternativa sustentable, ante la alta frecuencia de años deficitarios.

Por su parte, el director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, Pablo Mercuri, agregó que “ante la actualización del pronóstico estacional y la incertidumbre en la tendencia, vale considerar que es una campaña en que cada milímetro de agua cuenta”.

Mercuri recomienda criterios agronómicos que sean adaptativos para años con tendencia deficitaria o sequía, como variedades resistentes, densidad de siembra adecuada, y siempre tomar decisiones de siembra y rotación considerando no solo el pronóstico, sino sobre todo el agua disponible en el suelo.

De acuerdo con Mercuri, “para las siembras tardías o de segunda todo criterio que conserve el agua en el suelo para mejorar la disponibilidad desde el inicio es útil”.

Los especialistas indicaron que son también características de este tipo de año el incremento de los días consecutivos sin lluvias, lo que aumenta los momentos de estrés hídrico en los cultivos, y puede generar demoras en la siembra por el desecamiento del horizonte superficial.

Por eso, para la aplicación de fertilizaciones, señalaron como importante consultar el pronóstico de corto plazo para asegurar su efectiva incorporación en el suelo y absorción por las plantas.

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