Agro

La faena de novillos es la más alta desde 2012

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falta de pocas semanas para terminar el año puede estimarse que la faena 2020 será del orden de las 14,05 millones de cabezas. Representa un incremento de 130 mil cabezas respecto al año anterior.

Si consideramos la tasa de extracción de equilibrio observada en los últimos años, que sería del orden del 25 por ciento, la faena del corriente año con un 25,8 por ciento, determinaría una caída del orden de unas 400 mil cabezas en el stock a diciembre próximo.

En el caso de la faena de vacas, en 2020 sería de 2,718 millones de cabezas, ubicándose unas 400 mil animales por encima del nivel de equilibrio registrado en los años recientes para esta categoría.

La faena de vaquillonas, estimada en 3,7 millones para este año, resulta 180 mil cabezas superior a la de 2019, período en el que el stock de esta categoría cayó 228 mil cabezas.

Como dato alentador, puede destacarse que en 2020 la faena de novillos llegaría a los 3,5 millones de animales, unos 160 mil animales más que el año previo y el registro más alto para esta categoría desde el 2012.

Si bien la faena de hembras caería este año 1,9 por ciento, con respecto a los niveles del año pasado, sigue ubicándose por encima de los niveles de equilibrio. En 2020 caería 5,1 por ciento la faena de vacas, crecería 5,3 por ciento la de vaquillonas y se reduciría 33 por ciento la matanza de terneras, que caería 56 por ciento con respecto a dos años atrás.

La industria en EE.UU.

Según el analista Steve Kay, las 30 principales compañías frigoríficas de Estados Unidos registraban en 2019 una capacidad de faena diaria del orden de las 126.400 cabezas, cuando en 2010 era de 139 mil cabezas.

En el período 2012/2014 hubo un serio plan de racionalización en la industria, liderado por las empresas Tyson, National y Cargill.

Esta estrategia llevó a la relación de oferta de ganado para faena versus la capacidad de matanza, del 97 por ciento en el ciclo 2010/2017 al 102 por ciento entre 2018 y 2020.

Muchos analistas del mercado estadounidense de carne y ganados sostienen que la industria frigorífica, que concentra en cuatro empresas el 80 por ciento de la faena, habría tomado la decisión en los últimos años no acompañar el aumento de la oferta de ganado para faena. Ese incremento en la oferta fue como consecuencia de la fase de recomposición de rodeos del periodo 2017/2020, con mayores inversiones y con una mayor capacidad instalada.

El incendio de la planta de Tyson, en Kansas, en agosto del año pasado, que mataba y despostaba 6.000 cabezas por día y que paralizó su actividad por varios meses, hizo caer entre cinco y seis por ciento la capacidad de faena diaria de la industria frigorífica de Estados Unidos. Esta situación determinó una fuerte caída del precio del ganado gordo, con cientos de feedlots y ganaderos que tuvieron por varias semanas grandes dificultades para vender sus novillos.

La capacidad de procesamiento de la industria estadounidense venía al límite, y una sola planta que cerró –muy grande– produjo un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda, a favor de la industria, que aumentó sus márgenes de utilidad de forma inédita.

Después, con la difusión del Covid-19, muchas plantas frigoríficas grandes cerraron sus puertas y se produjo un cuello de botella aún mayor en la venta de novillos y vaquillonas.

Esto generó que la industria en algún momento –a mediados de año– llegara a operar a sólo 64 por ciento de su capacidad instalada. El precio del novillo en pie llegó a caer 35 por ciento y el precio del boxed beef alcanzó casi a duplicarse con respecto a los valores prepandemia. Sobraban novillos y vaquillonas y faltaba carne al mostrador. El margen de ganancia de la industria se disparó a los 500 dólares por novillo faenado y despostado.

AGRO VOZ – LA VOZ

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