Policiales

Gette fue condenado a prisión perpetua por el crimen de Casermeiro

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¿Quién disparó?: Gerardo Gette (60). ¿Por qué motivo lo mató?: le debía plata y no podía devolvérsela. Agobiado por la deuda, urdió y ejecutó el asesinato. Esos y otros interrogantes tienen respuesta. Gette fue condenado este martes a prisión perpetua por el crimen de Daniel Casermeiro (61) ocurrido a finales de 2019.

Sin embargo, quedaron misterios sin resolver: ¿dónde está el arma homicida?; ¿dónde está la remera roja con la pipa de Nike que Gette vestía el día del hecho?, ¿se deshizo de ella?, ¿qué pasó con el celular de la víctima?, nunca los encontraron; ¿Gette estaba solo al momento de ejecutarlo?

La hipótesis del móvil se pudo probar: una disputa económica, aunque la defensa insistió hasta el final con que quedaron cabos sueltos en la causa. Gette se decidió a hablar: «Con la muerte del doctor el único perjudicado fui yo, hubo muchos beneficiados», declaró y mencionó «muchas cosas oscuras» en torno a Casermeiro.

 

 

La sentencia

 

La Cámara del Crimen de San Francisco le aplicó a Gette la máxima condena -y la única establecida para este tipo de delito-. En tanto, la votación entre los ocho jurados populares y los dos jueces técnicos -el presidente del tribunal solo vota en caso de empate- estuvo dividida: 3 se inclinaron por la absolución y 7 por la condena.

La pena coincidió con lo solicitado durante los alegatos por la parte acusatoria, la fiscal de Cámara Consuelo Aliaga Díaz, quien mantuvo la imputación de homicidio calificado por usar arma de fuego y por alevosía. Mientras que la defensa había pedido que Gette fuera absuelto.

 

La sentencia se basó en las pruebas que sustentaron el móvil económico en el asesinato del médico ginecólogo y que guiaron la instrucción de la causa: Casermeiro fue ejecutado a traición por una cuestión de dinero. Gette tenía una deuda con él, se encontró ante la realidad que no tendría el dinero para pagarla y lo mató.

Los fundamentos del fallo se conocerán el próximo 12 de diciembre al mediodía.

La fiscal Aliaga Díaz consideró que la prueba fue «convincente, fuerte», que «la conclusión del hecho es conducente, el hecho se encuentra acreditado», y que el homicidio «no fue un hecho aislado» sino el «epílogo» de una situación que se venía dando hace tiempo entre Gette y la víctima; que derivó de un vínculo de «dinero y negocio» que existía entre los dos pero además de «plena confianza entre ellos y particular afecto». Aunque también indicó que «ese grado de confianza era proporcional a la exigencia» y que esa «amistad comercial» quizá «se fue de las manos».

«Gette se sintió acorralado» por las deudas que tenía con Casermeiro -alegó la fiscal-. Fue un hecho entre personas conocidas». Y se explayó sobre lo que revelaron las imágenes de cámaras de seguridad, lo dicho por testigos y las escuchas y entrecruzamiento de llamadas de las que surgió que entre ambos existían al menos «15 líneas telefónicas en común» que interactuaron con mayor intensidad en los últimos tres meses.

 

Gette insistió en su inocencia

En su alegato, Héctor Flores, abogado defensor de Gette, pidió su absolución por el beneficio de la duda. Insistió en que el móvil económico de una deuda de Gette con Casermeiro se cayó y recordó que durante la investigación «un juez (de Control) ya lo había descartado».

Alegó ademásque «mucha prueba se cambió» durante el debate y señaló que «nada determina que Gette haya tenido o usado un arma» en su vida.

También halló contradicciones en las declaraciones de testigos, incluidos los investigadores, y apuntó a la parte acusatoria por «relativizar» la prueba y «direccionarla contra el acusado», por «descartar aquello que no le cerraba. Nunca buscaron otra línea de investigación. Buscaron directamente a Gette».

El abogado dijo que «la ubicación de Gette en este proceso no se puede probar. Son demasiadas dudas. No está probado que Gette estuviera ese día (19 de diciembre de 2019, cuando Carsermeiro desapreció y fue asesinado, según la autopsia del cuerpo) en la zona comprendida entre Plaza San Francisco y Estación Luxardo, eso es concreto. La certeza que se necesita para encontrar una persona culpable, en este caso no existió».

Asimismo, Flores cuestionó que «no se investigaron las mentiras de Casermeiro que están acreditadas a través de mensajes a su familia, a su secretaria, no se investigó porque el doctor en el perfil psicológico es bueno».

 

 

 

Así llegaba Gette a la sala de audiencias este martes.

 

 

 

La última palabra

Gette hizo uso del derecho a la última palabra: «Soy inocente. Con Casermeiro estábamos en el mejor momento de nuestra amistad».

«Me arruinaron la vida, a mí y a mi familia. El doctor Casermeiro era mi amigo y ni siquiera pude hacer el luto», declaró y explicó que antes se abstuvo de declarar porque «perdí la confianza en el procedimiento policial» al que calificó de «vergonzoso».

«Yo le hacía falta al doctor, no él a mí», afirmó Gette y agregó que «hay muchas cosas oscuras» en torno a Casermeiro, «yo era su confidente, pero él no me contaba todo». Gette insistió en que el médico era su «mejor amigo» y que no tenía motivos para matarlo.

Además, dijo que escuchó «muchas mentiras» durante el juicio y antes de dictaminar, le pidió a los jurados populares que analizaran la prueba porque «el futuro de mi vida está en sus manos».

Hacia el final de la declaración se quebró: «Tengo mucha bronca, indignación y vergüenza. Pasé de ser Gerardín -como me llamaba el ‘doc’- a ser Gette el psicópata, el asesino. Tuve errores, como todos, pero no soy asesino ni ladrón».

«Con la muerte del doctor el único perjudicado fui yo, hubo muchos beneficiados -siguió-. La familia no sabía de muchos de los negocios que hacía Casermeiro», añadió.

 

 

 

 

Testimonios y momentos clave del juicio

Más de 20 testigos pasaron durante las tres primeras jornadas del juicio que finalizó este martes con los alegatos de las partes -acusación y defensa-, ya que la familia de la víctima no se presentó como querellante.

Deudas. Varios de los testimonios escuchados abonaron la hipótesis de que el móvil del homicidio fue una deuda que Gette tenía con Casermeiro por un departamento en Brasil. Y confirmaron que el ahora condenado no era solo un «presta nombres o un datero» que buscaba oportunidades de inversión para Casermeiro, sino que también acudía a su ayuda económica cuando él tenía que cerrar alguna operación.

Escuchas. Los investigadores que atestiguaron se apoyaron en evidencia como mensajes que días antes de desaparecer Casermeiro le había enviado Gette insistiéndole por un dinero: «Te estoy llamando a los dos teléfono, atendeme. Necesito la plata», reveló una de esas escuchas horas antes del hecho.

«Un cazador de negocios». Casermeiro «era un apasionado de hacer negocios, no era una persona fácil de engañar. Era sumamente reservado», coincidieron familiares y amigos que pasaron por el debate oral y público. La fiscal Aliaga en su alegato lo definió como un «cazador de deudas, de oportunidades de negocios».

El arma. Durante el juicio dos testigos hicieron mención a un arma «vieja, deteriorada en la corredera» calibre 22 LR (largo rifle) que un familiar de Gette le entregó pocos años antes del crimen. Sin embargo, el arma homicida (del mismo calibre) nunca apareció.

Perfiles: la declaración de un perito psicológico de la Policía de Córdoba identificó en la personalidad de Gette «impulsividad, cierto grado narcisista y de egocentrismo; falta de empatía aunque puede simularla»; capacidad de «manipular las relaciones». Sostuvo que Casermeiro fue «un objeto para una utilidad, un beneficio». Y explicó que el campo de maíz donde lo asesinaron de un tiro en la cabeza era una «zona de confort, un lugar conocido» por el homicida.

«Flechado» y cámaras. Tras ejecutar a Casermeiro al costado de la ruta vieja camino a Luxardo, Gette tomó el BMW y lo abandonó en entre los maizales de un campo sobre la ruta 1, en San Francisco. Desde allí, regresó caminando bajo el sol hasta calles Iturraspe y Vélez Sarsfield, donde estaba su camioneta. El bronceado exagerado llamó la atención de los investigadores y de un conocido que declaró que cuando le preguntó al respecto, Gette respondió que había estado toda la tarde en el techo de su casa arreglando el tanque de agua. Pero esa coartada se desmoronó cuando las imágenes de las cámaras de seguridad cerraron el círculo de mentiras.

Esposado y escoltado por la policía, Gette era retirado de la sala tras la sentencia.

 

 

La defensa no adelantó si apelará

«La defensa siempre alegó la inocencia de Gette por no contar la causa con la prueba suficiente que sostenga la acusación contra mi cliente», expresó Flores al dejar la sala luego de conocerse el fallo.

El abogado rescató que no hubo unanimidad en el verdecito (3 votos positivos y 7 negativos) lo que «muestra que en la causa había una falta concreta de pruebas. La investigación se centró en dudas y conjeturas para tratar de cerrar la causa de alguna forma -continuó-. La causa vino siempre mal barajada y con cierto tenor de duda. Hay incógnitas que la fiscalía nunca probó».

Flores señaló que la familia de Gette «tomó mal» la condena, «tenía la esperanza de una resolución favorable». Y adelantó que esperará conocer los fundamentos de la sentencia para decidir si presentará un recurso de en casación.

LA VOZ DE SAN JUSTO

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