Policiales

Carne Clandestina: Productor confesó que desde hace 6 años la banda que adulteraba carne le compraba animales muertos

¡Compartir es demostrar interés!

Un productor agropecuario, que pidió reserva de su identidad, contó que la banda desactivada el pasado viernes por venta de carne adulterada le compraba desde el año 2013 animales muertos en los campos, con la excusa, entre otras, que los mismos eran destinados a alimentar perros galgos que competían en carreras.

El productor, que posee una explotación agrícola-ganadera en cercanías de nuestra ciudad, señaló que el martes 14 de mayo fue la última vez que las personas sospechadas de esta maniobra se pusieron en contacto con él para adquirirle un animal que había muerto en su campo.

El productor dijo que las compras eran habituales «desde hace muchos años, allá por el año 2013 ya esta gente comenzó a comprar vacas en los campos, la gran diferencia la hicieron en 2014 cuando los campos comenzaron a inundarse , lo que produjo una gran mortandad de animales, venían y se llevaban el animal completo y lo pagaban entre 80 y 100 pesos, esto ocurría en 2014 y ellos aludían que la carne de los animales eran para las perreras, como en ese tiempo había carreras de galgos no se sospechaba, pero con el correr del tiempo nos preguntábamos si todo sería para alimentar perros».

A los dos años quienes compraban las vacas ya no las llevaban completas, «solo sacaban todo lo que es pulpa, todo lo que era carne, ya no les interesaba llevar la vaca completa», explicó el productor.

Faena clandestina

Según el testimonio, estas personas faenaban en el mismo campo en donde se encontraba el animal muerto. «En el estado en que estuviera, ellos lo faenaban, así estuviera vivo o llevara tres o cuatro horas muerto, ellos llegaban y faenaban, en un tarro que se utiliza para almacenar crema ponían la sangre, supongo que la utilizaban para manufacturar morcillas -dijo y continuó-. No creo que le hayan dado otro uso y en el suelo faenaban, se llevaban la pulpa y el resto del animal quedaba en el lugar, ni el cuero les interesaba. Al principio lo trasladaban completo, pero luego buscaban todo lo que era pulpa», ratificó.

Camionetas con malacate para trasladar el animal

Quienes adquirían las vacas muertas se movilizaban en camionetas equipadas con malacate para poder cargar los animales en un carro. «Tenían una camioneta con un malacate, un carro al cual lo acercaban y con el malacate arrastraban el animal en el estado en que se encontrara, de este modo los cargaban en el carro y se lo llevaban, esto fue en los primeros dos años, no puedo decir en dónde lo faenaban, al animal se lo llevaban completo, nunca supimos adónde trasladaban la vaca, eso sí el pago se hacía en el lugar al momento de cargar el animal muerto -siguió el productor-. Como dije primero, pagaban entre 80 y 1000 pesos, pero en estos últimos tiempos se pagaba entre 800 y 1000 pesos».

«Cuando tengas una vaquita muerta, dámela»

 El productor contó que el martes último buscaron un animal en su campo. «Se descaderó un animal en el campo mío, ellos vinieron, lo faenaron a unos 150 metros de donde se encontraba, se llevaron todo lo que era pulpa y dejaron los restos en el lugar», señaló y agregó que ni ellos, que eran los dueños de los animales consumían la carne de las vacas muertas: «No, jamás porque no sabés de que murió ese animal, vos lo podés ver bien a la noche y al otro día amanece muerto, no sabes de qué se murió. Antes de que apareciera esta gente, los animales que se morían se tiraban», aseguró.

 «Cuando aparecieron estos tres muchachos, que nos dejaron los tres números de teléfonos y como según ellos la carne era para los perros y te llevaban el animal completo, no quedaba el hueserío, después cuando comenzaron a llevar pulpa únicamente, comenzamos a sospechar y nos preguntábamos si esta carne era realmente para los perros, más cuando se prohibieron las carreras de galgos, pero ellos continuaban pasando, te visitaban y te recordaban ‘cuando tengas una vaquita muerta, dámela, no hay ningún problema'».

Sospechas

Interrogado acerca de si nunca sospechó que la carne que llevaban no estaba destinada al consumo humano, respondió : «Tengo que ser sincero, sí, al llevarse solamente la pulpa, era entendible que había un procesamiento en torno a esta carne. Algunos carniceros tuvieron un crecimiento económico muy próspero y eso no se puede hacer en tan poco tiempo vendiendo carne con el sello correspondiente, es muy fácil saberlo por el precio en que ofrecían el bolsón».

Otra cosa es «el costo que tienen manufacturar los chacinados, un salamín cuesta mucho y ellos lo vendían a un precio muy accesible, entonces la pregunta era de dónde sale la carne».

El testigo contó que las mismas personas que faenaban eran quienes los contactaban, «ellos pasaban por el campo y nos recordaban ‘cuando tengas una vaquita en las condiciones que sabemos, nos avisás, venimos, la llevamos y te dejamos todo limpio y en orden'».

Restos de animales faenados hallados en uno de los lugares allanados.

Otros productores también vendían animales muertos

El entrevistado dijo que muchos productores de la zona cercana a San Francisco vendían los animales muertos. «La mayoría, todos los que tienen producción ganadera cuando tenían una vaca caída llamaban a esta gente, no solo buscaban vacas en nuestra zona sino que también iban lejos, sé de productores de Colonia San Bartolomé y de la zona de La Francia».

Sobre las causas de la muerte de una vaca, el productor indicó que «generalmente mueren vacas viejas, cuando hay temporales decaen muy rápido, en 15 o 20 días el animal pierde considerablemente peso, se cae y a veces se puede levantar pero si el temporal continúa, el animal muere en ese lugar.

En relación a enfermedades como el carbunclo, el entrevistado indicó que «en esta zona esta enfermedad está erradicada, pero es un animal que está muerto».

«Me llamaba la atención cómo faenaban, ver como trabajaban con el animal muerto, sin ninguna norma de higiene, la pregunta era, quién come esa carne, usaban tambores plásticos de color azul que no guardaban la más mínima limpieza, estaban sucios de sangre, eso no tenía ninguna limpieza, si era para darle la carne a los perros… bueno, pasaba», relató.

El productor confirmó que todos quienes «les vendíamos los animales muertos éramos conscientes que no toda esa carne iba para los perros, al principio, soy sincero, nos ‘comimos el garrón’ (sic) pero ahora, al último no, porque vos veías el crecimiento económico de estas personas, a veces nos preguntábamos, ¿crecés más vos llevando carne para perros que yo que tengo una explotación ganadera?, ¿cómo es el tema?. El crecimiento era de ellos y de algunas carnicerías», se quejó.

Finalmente, indicó que «ellos pagaban a razón de 10 pesos el kilo de carne, de una vaca que pagaban 800 pesos le sacaban entre 100 Y 120 kilos de pulpa. Haciendo número, ahí está la ganancia».

Cómo sigue la causa

Al menos cinco son los imputados tras los nueve allanamientos que el viernes último Gendarmería Nacional realizó en San Francisco, Frontera (Santa Fe) y Colonia San Pedro, al norte del departamento San Justo, operativos en los cuales se secuestraron casi 3 toneladas de carne en mal estado.

Los imputados son Sergio Valle y sus dos hijos; una persona de apellido Novara apodado «el tuerto» y un tercero, de apellidado Besuzo. No fueron detenidos pero serán citados a declarar en los próximos días.

Al primero de los mencionados le habrían secuestrado una importante cantidad de vehículos, en su mayoría camionetas, las que habrían sido utilizadas para el transporte de la carne desde la zona de Colonia San Pedro hasta Frontera. Además de los vehículos se han secuestrado tambores de aceite de 20 litros y varios freezers.

A estas personas se las investiga como presuntos infractores a los artículos 200 y 201 del Código Penal que se refiere al delito de envenenamiento del agua y adulteración de alimentos, que contempla una pena que va de los tres a los diez años de prisión.

Los gendarmes también incautaron armas de fuego, municiones de diferentes calibres, computadoras, dispositivos móviles, vehículos, dinero en efectivo, freezer y caja de transporte empleada para depósito y documentación de interés a la causa.

Los allanamientos que Gendarmería realizó de forma simultánea permitieron decomisar 2.771 kilos de carne de origen animal en avanzado estado de descomposición no apta para consumo, informaron fuentes oficiales, no obstante, no dieron a conocer el nombre de los locales.

El origen de la carne, era el 90% de animales muertos y el 10% de aquellos que se encontraban enfermos.

El operativo fue ordenado por el Juzgado Federal de San Francisco en coordinación con el Juzgado Federal de Rafaela y contó con el apoyo de integrantes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Sensa), Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba y Bromatología municipal.

De acuerdo a lo informado, las más de 2 toneladas de productos cárnicos incautados estaban contaminados con químicos – sulfito de sodio, sustancia cancerígena-, no se podía garantizar su origen y carecían de todo tipo de la documentación de amparo sanitario. Se extrajeron muestras que determinaron la prohibición de consumo.

Los gendarmes también secuestraron armas de fuego, municiones de diferentes calibres, computadoras, dispositivos móviles, vehículos, dinero en efectivo, freezers y caja de transporte empleada para depósito y documentación de interés a la causa.

Se clausuraron los comercios y se decomisó la carne contaminada.

La Voz de San Justo

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