Provinciales

Turismo: Alojarse en las Sierras costará un 43% más

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Los turistas que elijan las sierras de Córdoba para pasar sus vacacionesdeberán pagar por alojamiento en enero o en febrero próximos, en promedio, un 43 por ciento más que en el verano anterior.

Pero una paradoja asoma: seguramente serán muy pocos los que paguen un 43 por ciento más por el mismo hotel, la misma cabaña o la misma casa que alquilaron en la temporada anterior. Ocurre que el promedio surge de una enorme variedad de ajustes de precios que se aplicarán.

Tanto que, por ejemplo, en el registro de este diario aparece un hotel que incrementa su tarifa en un 115 por ciento, mientras que otro lo hace en apenas el 20 por ciento. Entre medio, hay aumentos de todos los colores.

 

Los números surgen del relevamiento que, como cada año desde 2009, realiza La Voz comparando los precios, para el mes de enero, en los mismos 20 establecimientos de nueve localidades serranas.

La lista, que se repite idéntica desde hace una década, contempla hoteles y cabañas de variada categoría, pero también casas de alquiler, hospedajes y campings.

Debajo de la inflación

El ajuste promedio relevado se sitúa por debajo de la inflación anual, que –según se estima– no será inferior al 52 por ciento en 2019.

En los últimos años, se viene repitiendo la situación: en el verano anterior, por caso, el ajuste de tarifas promedio fue del 30 por ciento, frente a una inflación de más del 40 por ciento.

 

La mayoría de los establecimientos aplicarán incrementos menores a la inflación anual, aunque otros traspasarán ese índice.

La enorme variabilidad, que podría explicarse en la volatilidad y en la incertidumbre del escenario económico nacional, depara sorpresas: hubo que rechequear más de una vez, por ejemplo, que no fuera erróneo que un hotel de la lista duplicara sus precios mientras que otro apenas lo aumentara de un año a otro.

En el primer caso, el argumento fue que en las temporadas anteriores los había aumentado por debajo de los promedios y que ahora quedaba “a tiro” de los establecimientos de similar categoría.

 

Entre los que aplicaron los incrementos menores –en general de categoría no alta–, se indicó que hay temor de que no puedan ser atractivos para el ajustado bolsillo de los sectores sociales a los que habitualmente apuntan.

De todo

El cuadro adjunto muestra los 20 sitios de alojamiento que cada año relevan las corresponsalías de este diario, y las tarifas de un verano y otro.

En cada localidad y región hay precios por encima y por debajo de los citados, que sólo son indicativos para dar cuenta de la evolución de un año para otro.

En cabañas para cuatro personas, por ejemplo, se podrán conseguir desde los dos mil hasta los 10 mil pesos por día, dependiendo de la infraestructura y de los servicios que ofrezcan. Van desde las que no incluyen pileta ni desayuno hasta las que suman, además, piscinas climatizadas, parque, mucama, spa, y hasta cancha de golf.

Para hoteles, en tanto, una habitación doble en categoría tres estrellas (con pileta y desayuno) puede encontrarse entre los 2.600 y los 5.800 pesos por noche durante enero. Un dos estrellas, en tanto, oscilaría entre los 1.900 y los 3.500 pesos, según los casos.

Si la comparación se estira varios años, aparecen números que asombran. Por caso, la misma cabaña de Nono que en 2009 cobraba 300 pesos por noche, en 2020 costará 4.600 pesos. El aumento, en 11 años, es del 1.433 por ciento.

A la vez, la misma habitación para dos personas del hotel tres estrellas de Villa Carlos Paz que en 2009 costaba 320 pesos, en enero de 2019 saldrá 3.100 pesos: la diferencia es del 869 por ciento.

Cálculos previos

En las últimas semanas, desde la Agencia Córdoba Turismo se venía indicando que –de acuerdo con los datos que recogían– el promedio de aumentos en esta provincia se ubicaría entre el 35 y el 40 por ciento. Desde asociaciones hoteleras, anticipaban como más probable que esa media rondaría entre el 40 y el 45 por ciento.

En general, funcionarios y empresarios del sector turístico cordobés coincidían en que los establecimientos de menor categoría y precio tendrían más dificultades para aplicar aumentos, dado que el público al que están dirigidos es el que se muestra más afectado por el actual escenario de recesión.

En cambio, los hoteles y los complejos con mayor infraestructura de servicios estaban en condiciones de definir ajustes mayores, dado que apuntan a un sector de alto poder adquisitivo y que –se supone– está compuesto por muchos de los que, si la relación cambiaria con el dólar fuera otra, vacacionarían en el exterior.

Algunos relevamientos realizados en los últimos días por medios porteños en la costa bonaerense (el principal destino de verano en el país, seguido por Córdoba) ubican en general los ajustes interanuales en precios de alojamiento entre el 35 y el 45 por ciento.

Límites

“Los precios de alojamiento no están regulados. Cada uno lo fija por su cuenta. Pero estamos en una situación compleja. La mayoría de los turistas que llegan a Córdoba pertenecen a una clase media que saca cuentas para tener vacaciones. Si el aumento es elevado, quedan afuera y perdemos mercado. A la vez, los costos de funcionamiento nos han subido enormemente y llevamos varios años aplicando ajustes por debajo de la inflación”, advertía hace un año, y repite ahora, Alejandro Moroni, representante por Córdoba en la Asociación Hotelera y Gastronómica de Argentina (Fehgra).

Una muestra de 11 años signados por la inflación

Los 11 años del relevamiento de La Voz muestran que los precios en alojamiento turístico en Córdoba han pegado saltos continuos, verano tras verano, pero este año se ha dado el más brusco.

Del enero de 2008 al de 2009, el incremento promedio fue del 25 por ciento.

Para 2010, el salto fue del 14 por ciento. Y para el verano de 2011, de otro 19 por ciento.

Para la temporada 2012, el incremento anual fue del 25 por ciento; para la de 2013 los precios subieron 26 por ciento, y en 2014 se agregó un 23 por ciento.

Para el verano de 2015, el ajuste promedio aplicado por hoteleros y por cabañeros fue del 27 por ciento. Luego llegaron dos años para arriba: en 2016 subieron las tarifas un 30 por ciento; y en 2017 se elevó el promedio hasta el 31,5.

De 2017 a 2018 bajó, para rozar el 19 por ciento.

Para 2019, volvió a elevarse hasta el 30 por ciento.

Y ahora, para el verano 2020, se llega al mayor pico en 11 años; un ajuste promedio interanual del 43 por ciento.

Variabilidad

Arrimar certezas sobre el ajuste anual de tarifas no resulta sencillo si la idea es culminar con una cifra redonda. El promedio, de todos modos, resulta orientativo.

El cuadro que acompaña este informe muestra la variabilidad de precios y de porcentajes de incremento, incluso entre establecimientos similares.

Hay un 30% más de camas que hace 10 años

Córdoba ofrece hoy un 30 por ciento más de plazas de alojamiento turístico que hace 10 años. Esa diferencia se agranda al 101 por ciento si se compara con 20 años atrás. En dos décadas, se duplicó la cantidad de camas turísticas: de las 77.852 contadas en el año 2000 a las 156.416 relevadas en 2019.

En esos 20 años, se distinguen matices: entre 2001 y 2008 se dio el pico, con aumentos promedio del cinco por ciento anual. Luego fue decayendo y entre 2015 y 2019 se desaceleró aún más: los cinco últimos años, juntos, sumaron un siete por ciento de camas. Ese crecimiento más pausado parece encontrar dos razones: a la crisis económica se suma la saturación del mercado, sobre todo en la categoría de las cabañas, que había registrado un boom en los años anteriores y explicaba el notable incremento de plazas en los valles de Traslasierra y de Calamuchita.

Se observan diferentes matices por regiones: mientras algunas registran un alto crecimiento, otras quedan bien atrás, tal como muestra la infografía. Los datos surgen de la Agencia Córdoba Turismo, sobre la base de los datos relevados por los municipios de las 10 zonas turísticas en que se divide el mapa provincial. Los registros corresponden a hoteles, a cabañas y a colonias sindicales habilitados. No cuenta campings ni casas de alquiler, cuyo relevamiento sería mucho más incierto.

Traslasierra y Calamuchita son las zonas que más plazas sumaron, Punilla sigue siendo la que más camas cuenta; y Mar Chiquita, la que más ha crecido en porcentaje.

La Voz

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