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Carne vacuna: los precios se tomarían un descanso hasta marzo

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A pesar de la pandemia por el Covid-19, la cadena de ganados y carnes cerró un 2020 con indicadores positivos. Más allá del alza reflejada en el precio del ternero y de los granos, que complicaron los números del engorde, la oferta de hacienda terminada fue mayor a la de 2019. Así lo reflejaron los números de faena, que hasta noviembre pasado había involucrado a 13,017 millones de cabezas, 308 mil más (2,4 por ciento) respecto a igual período del año anterior, cuando la matanza alcanzó a 12,7 millones.

Esa mayor cantidad de hacienda se mostró en un aumento en el nivel de actividad de los frigoríficos y en una mayor producción de carne. Hasta noviembre, la oferta había alcanzado a 2,905 millones de toneladas, 84 mil toneladas más (el equivalente a 2,9 por ciento más) que en los primeros 11 meses de 2019.

La mayor incorporación de kilos por animal hizo que por cada cabeza faenada se obtuvieran reses de 227 kilos de promedio, 1,2 kilos más que durante el año anterior.

A pesar de los protocolos sanitarios, y de haber visto resentida su capacidad de mano de obra por el personal incluido en grupos de riesgo, la industria frigorífica también acompañó el crecimiento de la demanda con en un mayor consumo interno y en más volumen exportado que en 2019.

Hasta el arranque del mes pasado, las preferencias por la carne bovina eran de 51,4 kilos por habitante al año, 100 gramos más que en igual período de 2019. Un dato que no deja de sorprender, si tiene en cuenta que la demanda de pollo y de cerdo también creció en mayor proporción.

Los embarques al exterior reflejan además un mayor volumen destino a la exportación. Con 813.00 toneladas comercializadas hasta noviembre, los envíos durante 2020 crecieron en 59 mil toneladas respecto a los primeros 11 meses de 2019.

Los precios, más lentos

La rápida reacción que mostró en cuanto al nivel de actividad la producción ganadera y la industria frigorífica a lo largo de 2020 no tuvo el mismo comportamiento por el lado de los precios. “La cadena afrontó la mayor parte de los meses de la pandemia sin variaciones en los precios y costos crecientes, tendencia que recién comenzó a revertirse con una actualización en los valores en los últimos 45 días”, destacó Daniel Urcia, director Ejecutivo de la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba y presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra).

En los corrales, los feedloteros tuvieron que esperar hasta octubre pasado para comenzar a percibir un reajuste en los precios del novillo gordo.

Sucede que entre abril y septiembre, cuando el aislamiento social, preventivo y obligatorio fue más estricto, el precio del novillo en el mercado de Liniers sólo subió 14 por ciento, mientras que el novillito lo hizo 11 por ciento. El desfasaje de precios en la relación insumo (ternero y granos) / producto (novillo) hizo que durante todo el 2020 los establecimientos de engorde tuvieran márgenes brutos negativos en su negocio, según advirtieron desde la Cámara Argentina de Feedlot.

Sin embargo, en los últimos meses, la recuperación fue más marcada, a tal punto que hizo que los precios de la hacienda para consumo superaran con creces a la inflación anual. Una menor oferta, debido al vaciamiento sin reposición en los feedlots, y un consumo –interno y exportación– firme aceleraron los incrementos.

Entre abril y los primeros 23 días de diciembre, el novillo había aumentado 65 por ciento su valor, mientras que el novillito lo hizo 60 por ciento.

Reacción al mostrador

¿Qué tan buenos eran esos precios de la hacienda? se preguntó el analista Ignacio Iriarte, para él mismo darse la respuesta. “En el caso del novillito de 350 a 390 kilos, la cotización en Liniers resultaba en ese momento 43 por ciento superior al promedio histórico en moneda constante en el período 2005 y 2019”, explicó el director de Informe Ganadero. Según sus números, esos valores están apenas por debajo de los máximo de la serie que se dieron entre 2010 y mediados de 2012, cuando la oferta ganadera era casi 30 por ciento inferior a la actual.

Al mostrador, el comportamiento de precios fue similar. De acuerdo con un monitoreo mensual de precios que realiza el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), sobre una canasta de 22 cortes vacunos que se venden en 30 bocas minoristas de la ciudad de Córdoba, entre abril y noviembre la carne al mostrador subió sólo 13,3 por ciento. En el primer mes completo de cuarentena, el precio promedio de los 22 cortes fue de 393,37 pesos el kilo, al tiempo que en el penúltimo mes de 2020 el valor fue de 446,01 pesos el kilo promedio.

Con el arribo de las fiestas de fin de año, los precios se mostraron más firme aún. Con un novillo a 175 pesos el kilo vivo, el valor de la carne al gancho trepó a 315 pesos, mientras que en las carnicerías el kilo promedió 640 pesos, con valor topes –como por ejemplo el lomo– de hasta 800 pesos el kilo.

La pregunta: ¿continuará esta tendencia alcista en los precios? Para Urcia, una caída en la oferta para los próximos meses se va a traducir en una caída de alrededor del 10 por ciento en el precio de la hacienda en pie y también en algún ajuste a la baja en la media res. Este escenario podría estirarse hasta marzo.

Sobre la posibilidad de que la carne baje al mostrador, el directivo de la industria ve esa opción más difícil. “Los comercio minoristas se van a encontrar con una menor demanda, pero la nueva estructura de costos de 2021 dificultará cualquier rebaja en los precios minoristas”, observó.

La llegada del nuevo año no debería modificar la tendencia que mostró la cadena de ganados y carne vacuna en los próximos dos años: con buen nivel de producción tanto para abastecer el mercado interno como la exportación.

El pasado lunes, durante el último remate ganadero de 2020 realizado por la firma Consignaciones Córdoba en la Sociedad Rural de Jesús María, los precios se tomaron un respiro. Luego de dos meses se subas, las cotizaciones se comportaron a la baja. Los novillos de 300 a 350 kilos tuvieron un máximo de 171 pesos el kilo vivo, dos por ciento menos que una semana atrás, cuando cotizaron a 174 pesos.

AGRO VOZ – LA VOZ

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