Rushh, el servicio para mandar encomiendas en el país a bajo costo

¡Compartir es demostrar interés!

Rushh, el servicio para envío de encomiendas que apela a gente que viaja entre las ciudades y pueblos del interior.

Esta historia comienza poco antes de la pandemia cuando a Ariel Albertinazzi, 32 años, oriundo de Colonia Bicha -una localidad de Santa Fe de 500 habitantes- se le prende la lamparita cuando se enfrenta a un problema clásico de los envíos de paquetes entre ciudades: el envío de encomiendas es muy caro.

Esta diligencia es algo históricamente ejecutado a través del correo, con costos no muy convenientes para quienes necesiten el servicio, sobre todo en localidades pequeñas donde las alternativas no abundan: “Un día, viajando por motivos personales, noté que en mi auto había demasiado espacio sin ocupar y que sería interesante resolver las necesidades de logística que manifestaban mis conocidos en Instagram. Si a eso le sumamos la posibilidad por parte del conductor de cobrar por ese servicio y solventar gastos de viaje, lograba un win win,” ilustra Albertinazzi, para explicar cómo nació Rushh, la app que conecta transportistasuna aplicación (para Android con comercios o personas que desean realizar envíos interurbanos, usando y más adelante para iPhone).

“Cuando uno se aleja un poco de las grandes capitales, la logística es una de las patas en la cual el movimiento comercial se ve muchas veces limitado. Es muy común leer en redes sociales a muchas personas y emprendedores que solicitan “¿alguien que viaje hasta San Francisco y me pueda traer un paquete?” o “¿quién me puede llevar hoy una encomienda hasta Sunchales porque el flete pasa recién pasado mañana?” comenta Albertinazzi a LA NACIÓN, al citar las conversaciones que se replican en todo el país.

En poco tiempo, el ideólogo de la idea definió el equipo de trabajo compuesto por amigos y un socio particular: “Roque Molina, una persona muy aguda a la hora de planificar los negocios, Arturo Diaz Cornejo, un amigo de años, quién me asesoró para darle seguridad a quienes envían sus paquetes por Rushh y Andrés Repetto, una persona reconocida y quien tuvo diferentes experiencias emprendedoras”. Si bien en un principio Repetto fue considerado, como suelen hacer diferentes marcas, como influencer, al periodista de internacionales le gustó tanto la idea que les propuso ser parte de la misma y es un inversor más.

520 choferes para llevar cosas por el país

La inversión para realizar Rushh fue de 50.000 dólares con fondos propios. Comenzaron en 2019 para comenzar el MVP (Producto Viable Mínimo) y la formación de la sociedad. A los pocos días fueron elegidos como beneficiarios del programa Innovar 2020 del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Santa Fe y están estableciendo alianzas con otras empresas. Y fueron seleccionados por el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología para acceder a un fondo de un millón de pesos para continuar la expansión. Ahora, el proyecto, es trascender las fronteras de Argentina. Su comunidad ya cuenta con una base de 520 choferes y 1300 usuarios.

La plataforma se especializa en logística de primera y última milla (es decir, en distancias cortas), aunque funciona también uniendo puntos muy distantes. En cuanto a las cargas, las encomiendas pueden ser objetos en general como electrodomésticos, insumos, indumentaria, accesorios, repuestos, entre otros. Todos los envíos se encuentran asegurados con un convenio con una aseguradora de la zona. A esto, se le suma la función de seguimiento en tiempo real a partir de un chat con el chofer elegido. La tarifa se calcula automáticamente sobre la base del kilometraje, del volumen del paquete, de la póliza y de la comisión que cobran tanto el chofer como la plataforma.

Santa Fe y Córdoba en el inicio

“Como punto geográfico para el lanzamiento pusimos las zonas centro de Santa Fe y Córdoba, abarcando las localidad de Suardi, San Guillermo, Villa trinidad, Porteña, Freyre, Brinkmann, Sunchales y San Francisco, entre otras, y comenzamos a expandirnos hacia Santa Fe, Paraná, Rosario y Capital Federal”, explica Albertinazzi.

Fuente: LA NACIÓN – *Irina Sternik