Salud

Coronavirus: no creen que la primavera traiga un alivio

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ómo se comportará el nuevo coronavirus dentro de un mes, cuando comience la primavera? Los expertos creen que en este momento estamos atravesando una meseta alta de casos a nivel nacional. Pero la evidencia muestra que el calor primaveral no afectará la evolución de los casos.

La única forma de bajar de esta meseta (o evitar subir aún más) es el distanciamiento social y acatar las medidas de prevención ya conocidas: lavado de manos frecuente, uso de barbijo y distanciamiento físico de al menos dos metros con otras personas.

“Después de un pico muy importante, ahora estamos en una meseta alta de casos. Los nuevos infectados no están subiendo ni bajando”, comenta Florencia Cahn, infectóloga integrante del comité que asesora al Gobierno nacional.

Desde inicio de agosto, los casos diarios a nivel nacional se mantienen entre 6.500 y ocho mil, con subidas y bajadas, pero no se observa una tendencia a la alza y, menos, exponencial, como podría suceder si no se realizara ninguna intervención y la población no se cuidara.PUBLICIDAD

Rodrigo Quiroga, experto en bioinformática del Conicet Córdoba, coincide con la idea de meseta alta, pero advierte una diferencia: “El Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) se está estabilizando y bajando un poco, pero, como sus casos tienen tanto peso en el total, tapan la enorme subida que estamos viendo en otras provincias”.

En la semana del 27 de junio al 3 de julio, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y el primer cordón del conurbano concentraban el 60 por ciento de los casos. Otro 27 por ciento fue detectado en el segundo y en el tercer cordones y el 13 por ciento restante estaba distribuido en el resto la provincia de Buenos Aires y del país.

La semana del 8 al 14 de agosto, esos porcentajes variaron: Caba y el primero cordón tuvieron el 42,6 por ciento; 2º y 3º cordones, el 29,4 por ciento, y el resto del país, el 28 por ciento.

Aunque es difícil hacer pronósticos, Quiroga cree que en un mes la ciudad de Buenos Aires y el primer cordón del conurbano tendrán menos casos, el segundo cordón estará estable y seguirán subiendo en las provincias. “El sistema de salud parece haber aguantado en el Amba, pero el problema va a ser en las provincias, que son más vulnerables. Ya está colapsando Jujuy y Río Negro”, agrega. “Es difícil saber qué va a pasar dentro de un mes, pero lo que está claro es que la curva de casos no va a bajar sola, sino con nuestro comportamiento. Los números deberían empezar a bajar porque el sistema de salud no va a dar abasto”, agrega Cahn.

En CórdobaPUBLICIDAD

El infectólogo cordobés Hugo Roland también realiza el mismo diagnóstico para Córdoba: hay una meseta alta.

“Son 150 casos de promedio diario. El problema es que se va acumulando y el dos ciento necesita internación en cuidados intensivos. La ocupación de camas va aumentando porque cada paciente demanda cuatro semanas de internación”, explica.

En este punto advierte que, si bien Córdoba tiene muchas camas hospitalarias, el recurso crítico son los profesionales de la salud que deben atender a esos pacientes internados.PUBLICIDAD

Para el ministro de Salud provincial, Diego Cardozo, aún falta que llegue lo peor de la pandemia.

A Roberto Chuit, epidemiólogo que asesora al Gobierno de Córdoba, le preocupa la amplia distribución que está teniendo el nuevo coronavirus en varias provincias. “Afecta a más personas de riesgo, no sólo a quienes tienen una edad avanzada, sino a pacientes con enfermedades crónicas de base”, explica.

Y también observa un aumento en el tiempo promedio de ocupación de camas críticas a nivel nacional. “Había bajado a 23 días. Ahora está en 26 a 27 días. Hay una población de otra condición que ocupa estas camas”, dice.

¿Efecto calor?

El calor primaveral no ayudará a bajar la curva, aseguran los expertos. “No hay datos de que las estaciones del año generen un descenso de la circulación del virus. Tampoco hay evidencia científica de que el virus pierda virulencia solo”, asegura Cahn.

Mirta Roses, representante de América latina para Covid-19 en la Organización Mundial de la Salud (OMS), también descarta que el calor ayude a bajar los casos. Y ejemplifica con el Hemisferio Norte, donde el virus hizo su pico al inicio de la primavera en marzo y ahora vuelve a resurgir en pleno verano.

“En invierno circulan más el virus influenza, pero a otros respiratorios les da igual la temperatura, como ocurre con el sarampión, que se siente bien saltando de persona en persona todo el año”, explica.

Sobre la posibilidad de que el virus pierda virulencia, Roses plantea lo contrario: “En Asia hay preocupación porque parece que hay algunas formas más agresivas del virus, pero aún no se confirmó si es una mutación”.

Dos caminos

Ante este escenario y mucha incertidumbre, Argentina puede tomar dos caminos para controlar la pandemia. Uno es el que se está implementando actualmente y consiste en ir flexibilizando más actividades con protocolos.

El riesgo es que subamos un escalón más en la cantidad de casos y que pongamos al borde del colapso el sistema sanitario. En ese punto, la única herramienta posible será una cuarenta estricta.

“Llevamos mucho tiempo de desgaste, debemos aprender a convivir con el virus. Debe haber protocolos en todas las actividades y siempre se debe cumplir con las medidas de protección”, asegura Cahn.

Chuit coincide: “Lo importante es no confiarnos. Hay que mantener la distancia física. Córdoba tiene libertades que otros no tienen. El problema es hasta dónde la gente está dispuesta a cumplir”.

“Nos fuimos entrenando, naturalizamos la epidemia. No así en los lugares donde todos los casos ocurrieron al principio, como en Francia o en Italia. No hubo efecto de la cuarentena. Nosotros estamos en alerta, pero nunca se ha saturado el sistema”, agrega Roland.

El otro camino es comenzar desde ahora a implementar medidas de cuarentena leve. Quiroga menciona que en Estados Unidos los sitios que provocaron más brotes fueron bares y restaurantes, gimnasios, guarderías e industrias de procesado de alimentos. “El otro camino es bajar la movilidad con el cierre de estos espacios y así evitar tener que implementar una cuarentena total más adelante”, sugiere.

Lo cierto es que, sin vacuna ni tratamiento específico para Covid-19, la cuarentena estricta puede ser la última bala para frenar la pandemia. “La cuarentena estricta debe ser el último recurso, porque para que dé resultado la gente realmente debe cumplirla”, asegura Cahn.

LA VOZ

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